El santoral del 15 de abril: Miércoles de la Octava, el descubrimiento del Resucitado al partir el pan

Hoy, cuarto día de la Octava de Pascua, nos adentramos un poco más en la vivencia del Misterio Salvador. El Señor ha Resucitado ¡Aleluya!¡Aleluya! ¡El que por nosotros colgó del madero vive para siempre! ¡Aleluya! Nosotros sólo hemos de gloriarnos en la Cruz del Jesucristo. Él es nuestra Salvación, Vida y Resurrección. Este es el Único Nombre que se nos ha dado para rescatarnos del peso del pecado en el Cielo y en la tierra.

¡No tengo oro, ni plata que darte. Sólo te doy cuanto poseo: El Señor Jesús, la Buena Noticia de la Redención. ¿Acaso no habían profetizado las Antiguas Escrituras que el Mesías tenía que padecer para entrar así en la Gloria Eterna. ¡Quédate con nosotros! La tarde está cayendo.¡Quédate! ¿Cómo te encontraremos al declinar el día si tu camino no es nuestro camino? Detente con nosotros. La mesa está servida, caliente el pan y envejecido el vino.

El santoral de este miércoles, miércoles 15 de abril 

Arroja en nuestras manos tendidas en tu busca las ascuas encendidas del Espíritu. Y limpia en lo más hondo, del corazón del hombre, tu Imagen empañada por la culpa. La mirada del día está puesta dentro de la Palabra de Dios en el Evangelio del encuentro del Señor con aquellos dos discípulos que caminaban hacia Emaús muy consternados.

El agobio de ver morir a su Maestro les apenaba hasta el punto de que cuando el Resucitado entra en conversación con ellos como un caminante, no le reconocen. El consuelo que les da recordándoles que estaba profetizaba su Muerte como paso previo a la Resurrección, les acrecienta su Fe hasta que cuando entra a cenar con ellos le reconocen al partir el pan. Así van a Jerusalén a decirlo a los Once. El Miércoles de Pascua es el ecuador en la Octava Pascual que va hasta el próximo domingo, Fiesta de la Divina Misericordia.