San Lorenzo
Diácono y mártir de Cristo pobre, nació en Jaca, provincia de Huesca, y desde el principio comienza a sentir la inquietud espiritual de ir a Roma
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Agosto es un mes muy lleno de Santos que inundan el calendario de popularidad y de fervor entre los pueblos y ciudades de todo el elenco cristiano. Hoy celebramos a San Lorenzo, cuyo nombre en latín significa “coronado de laureles”. Uno de esos Santos que sería una gran celebridad pero no precisamente al estilo humano, sino a la forma de cualquier discípulo de Cristo llamado a cargar con la Cruz.
Nacido en Huesca, desde el principio comienza a sentir la inquietud espiritual de ir a Roma. Una vez en la Ciudad Eterna y capital del Imperio Romano, el Papa Sixto II le nombra asistente espiritual de los pobres. Pero en medio de su servicio a Dios y al prójimo, el emperador Valeriano, el año 257, promulga un edicto para perseguir con mayor dureza a los cristianos. Y en una de las detenciones donde son apresados el Papa y varios servidores de la Fe, Lorenzo es también detenido.
El santoral de hoy, lunes 10 de agosto
Sin embargo, el diácono que aunque iba a morir, sería el último de todos ellos, finalmente fue el primero en sufrir el martirio. El motivo fue que el propio Valeriano le mandó que le trajese todos los tesoros que poseía la Iglesia para requisarlos. Lorenzo le pidió un plazo a lo que el mandatario accedió. Después de varios días, el diácono apareció con todos los pobres y necesitados, asegurándole al Emperador que esos eran los bienes de la Comunidad Eclesial.
Al tomarlo como un gesto de burla, el César ordenó una muerte más cruel: ser tostado en una parrilla, hasta morir. Cuenta la tradición que tal fortaleza tuvo en ese momento que hasta siguió conservando su sentido del humor y les dijo a los que le ajusticiaban que le volviesen del otro lado que de ese ya estaba asado. Su vida se hizo célebre en toda la cristiandad. Prueba de ello es que en el Medievo fue Patrón de Roma, junto con los Santos Apóstoles Pedro y Pablo.