Santas Perpetua y Felicidad
Madrid - Publicado el
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La señal del cristiano siempre es la de la Santa Cruz. Por ella pasó Cristo para darnos ejemplo y pedirnos que siguiésemos sus huellas. Hoy hacemos memoria de las Santas Perpetua y Felicidad, que vivieron de primera mano el sufrimientos del martirio y del desprecio. Su vida transcurre entre finales del siglo II y principios del III.
Perpetua pertenecía a una familia muy honrada que, durante la prisión escribió su vivencia de Fe y cuanto le había tocado pasar. Felicidad es su esclava que, en la prisión dio a luz una niña a la que criaron y educaron, posteriormente, en la Fe los cristianos. Pero no fueron ellas las únicas que marchaban al suplicio, pues les acompañaban otros pocos fieles que habían sido catequizados por el Diácono Sáturo. Este, a pesar de haber sido apresado, se presentó voluntariamente.
Todo había empezado con el decreto de matar a quienes siguiesen a Cristo. Con esta orden, los soldados buscaron a los cristianos por todos los sitios para darles muerte, encontrando a Perpetua y demás esclavos reunidos en oración. Al descubrirles decidieron apresarles y darles muerte. Además de ser llevadas al Tribunal con el resto de cristianos, desde el primer momento fueron sentenciadas a muerte.
El padre de Perpetua visitó a su hija varias veces en la prisión con la idea de que renunciase a la Fe y así librarla de los crueles tormentos. Sin embargo Perpetua se reafirmó más en la Fe. Cuando llegó el momento del suplicio Felicidad parece que iba a salvarse porque su hija aún no había nacido ya que la Ley romana prohibía ajusticiar a una mujer a punto de dar a luz. Ella pidió al Señor que no fuese de esa forma y su hija nació dos días antes de que les matasen. Por ello pasan por el circo y luego son decapitadas.