Santoral del 24 de marzo: Santa Catalina de Suecia, testimonio de conversión para quienes le oyen

La vida de Fe es la práctica en el amor y el testimonio, gracias al cual se toca el corazón de muchas personas que vuelven hacia Dios, experimentando un verdadero cambio. Hoy recordamos a Santa Catalina de Suecia, cuya existencia fue un verdadero estímulo para quienes le oían. Nacida en torno al año 1331, fue la cuarta de ocho hermanos en un matrimonio que le entregó a las monjas de Riseberga para que le diesen una formación íntegra. 

Casada con el conde Egar Lyderson, ambos esposos ayudaron a cristianizar el ambiente noble de ese momento, imbuido en el más absoluto paganismo. Cuando marcha a Roma se encontrará con su madre que le comunica la muerte de su consorte y el deseo de fundar una Orden que repare las muchas ofensas de los hombres a Dios. 

El santoral de este martes 24 de marzo 

Catalina, ya viuda y dispuesta a padecer por Cristo, siente cómo la Virgen le saca de su situación anímica. Madre e hija emprenden un periodo largo de Oración y penitencia, rechazando cualquier pretensión al matrimonio, marchando a los Santos Lugares con el objetivo de profundizar en la Vida del Señor. Al regreso, muere la madre, que será sepultada en la Iglesia de San Lorenzo, en un primer momento, para pasar después a su tierra natal. 

El viaje se torna con grandes conversiones de cuantos conocen la vida de aquella mujer cuya hija se ha entregado, por completo, a la causa del Reino de los Cielos. Un segundo viaje a Roma iniciará, tras estar en el Monasterio de Vadstena. Su idea es adelantar el proceso de beatificación de su madre y la aprobación de la Congregación fundada por ella, denominada del Santísimo Salvador. Muere en Vadstena el año 1381, cuando retorna de la Ciudad Eterna.