Santoral del 1 de abril: San Hugo, apoyo en la fundación de la Cartuja

Dios siempre suscita en el caminar por la vida personas que ayuden a otros en el Plan Divino de la Providencia porque todos funcionamos a modo de equipo. Esa ayuda que todos se prestan para hacer eficaz la senda de la vida y de la santificación. Hoy celebramos a San Hugo, que si por algo se caracteriza es por ser un buen mecenas de otros que peregrinan en su misma dirección con carismas complementarios.

Nace en Valence el año 1053. Su madre se encargó de educarle, puesto que su padre, obtenido el permiso de su esposa, marcha a la Cartuja. Dotado de grandes cualidades, a los veintisiete años, es consagrado Obispo, tras una carrera eclesiástica con bastantes facilidades. El Papa Gregorio VII le envía a pastorear la Diócesis de Grenoble, donde habrá de poner orden ante tanto comercio de bienes de la Comunidad Eclesial y tanta deformación moral entre los cristianos.

El santoral de este miércoles, 1 de abril 

A esto se une las deudas que dejan empeñado el Obispado. En un intento de solucionar los problemas, intensifica los momentos de oración y penitencia, pero no logra resolverlos, porque choca con un pueblo duro de cerviz e indiferente. La única solución que se le ocurre es vestir el hábito de San Benito en Clermont, algo que el Pontífice no le permite obligándole a retomar las riendas de su Diócesis. 

Impulsado por la obediencia accede, a pesar de que la salud le acarree bastantes problemas. Intenta a los Papas que se suceden pedirles que acepten su renuncia, pero todo es en vano, porque no lo consigue. Con el tiempo lograría dar frutos su oración y penitencia, convirtiendo a sus diocesanos. Ayuda a San Bruno y otros seis compañeros en el asentamiento de la recién fundada Cartuja, muriendo en 1132.