Santos Cornelio y Cipriano

Los dos amigos, unidos en Cristo, padecieron por causa de la fe, dejando un testimonio de fidelidad a la Verdad, sellado con su propia sangre

Santos Cornelio y Cipriano, escritores y mártires

Jesús Luis Sacristán

Madrid - Publicado el

2 min lectura

Muchos Santos escribieron en defensa de la vida y el mejor libro con su testimonio lo plasmaron con la tinta de su propia sangre entregándose por Cristo. Hoy la Iglesia nos presenta al Papa San Cornelio y al Obispo San Cipriano. El primero nace en Roma, siendo elegido Pontífice el año 251. Su defensa de la Fe, se hizo notar, sobre todo, en la lucha contra el cisma novaciano, que defendía una Iglesia distinta de la fundada por Jesucristo.

Sin embargo sus dificultades irían más allá dada la persecución que sufrió. Y es que el Emperador Galo, enemigo de los cristianos le destierra y Cornelio muere en Chivitavecchia el año 253. Entre sus obras destaca su reflexión sobre temas como el Padre Nuestro. Por su parte, Cipriano nace en Cartago, alrededor del 210. Aunque de origen pagano, se convierte al cristianismo y será sucesivamente sacerdote y Obispo de su ciudad natal.

Sin duda aprovechó bien lo que dice el Señor de que no ha venido a llamar a los justos, sino a los pecadores y que estos os precederán en el camino al Cielo, llevando la delantera. Pastor insigne y ejemplar, ayuda a Cornelio en el celo por el Evangelio. Una de sus premisas era impregnar de la Fe cristiana a la que se había convertido en su tierra.Varias son las persecuciones que tuvo que soportar, hasta que le llegó el momento de rubricar con la sangre lo que había predicado con la palabra y la pluma de insigne escritor.

Tras el destierro que también sufrió, Máximo le hizo volver para pedirle explicaciones sobre sus creencias. Informado de que persistía en ellas le instóa que las dejara. Le queria ofrecer una oportunidad para mostrarle la magnanimidad de Roma. Ante su negativa terminó decapitándole. La antigüedad de esos dos Santos hizo que fuesen incluidos en el Canon Romano, la Plegaria I del Misal en la Celebración Eucarística.

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