Solemnidad del Corpus Christi: El Santísimo en nuestras calles

En este XII Domingo del Tiempo Ordinario, celebramos la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, uno de los máximos Exponentes de su Grandeza

Solemnidad del Corpus Christi: El Santísimo en nuestras calles

Jesús Luis Sacristán

Madrid - Publicado el

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El Salmo recuerda en el Antiguo Testamenteo que “El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres”. En este XII Domingo del Tiempo Ordinario, celebramos la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, uno de los máximos Exponentes de su Grandeza. El día antes de dar la vida por todos, el Señor Jesús, tomo el pan y lo dio a sus discípulos diciendo: “Tomad y comed. Esto es mi Cuerpo”. Después tomando el cáliz, lo pasó nuevamente a los discípulos y les dijo: “Tomad, bebed. Esta es mi Sangre. Os aseguro que no beberé más del fruto de la vid, hasta que lo beba con vosotros en el Reino del Padre”.

Y también les encargó: “Haced esto en memoria Mía”. Así instituyó el Sacramento Eucarístico como memorial. De modo que Cristo está presente todo entero en el Santísimo Sacramento del Altar, en todas sus partes y partículas, con su Cuerpo y con su sangre. Con su Alma y su Divinidad. Tras la Institución de este Sacramento, recordará el Libro de los Hechos de los Apóstoles que la Primitiva Comunidad perseveraba en la oración y celebraban juntos la Fracción del Pan, cumpliendo lo que dice San Pablo de que cada vez que coméis este Pan y Bebéis su Sangre anunciáis la Muerte del Señor hasta que Él vuelva.

En el siglo XIII la Abadía de Coprnillón en Lieja, zona de Bélgica, fundada por el obispo Albero de Lieja, promovió un gran impuslo eucarístico con la Adoración al Santísimo Sacramento, las exposiciones y el Corpus Christi. Santa Juliana, abadesa cisterciense fue su impulsora. Ella vio la luna con una mancha negra. En una visión se le explicó que era la iglesia que carecía de una celebración especial al Santísimo Sacramento. De esta forma se instituye la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo tal y como ha llegado hasta nuestro días.

Conocido es el Milagro de Orvieto, en Italia el año 1264, donde un sacerdote dudaba de la Presencia Real de Cristo. Estando en una Celebración Eucarística, brotó Sangre de la Sagrada Forma que fue recopgida y se comprobó la autenticidad de la Sangre. Todo esto cristializa en el Corpus Christi desde entonces. El año 1988 la Conferencia Episcopal Española, obtuvo el permiso de la Santa Sede para trasladar en España el Corpus al domingo salvo en lugares donde fuese Fiesta Patronal como Toledo, Sevilla o Granada, entre otros núcleos, donde se conservaría en jueves.