SANTO 1 NOVIEMBRE
Solemnidad de Todos los Santos: sus méritos en un solo día
Hoy es la Solemnidad de Todos los Santos.
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La vida es un camino de perfección para llegar a Dios. Es el que han seguido tantos hombres y mujeres para alcanzar el Premio Eterno. Hoy la Iglesia celebra los méritos de cuantos han muerto en la paz del Señor, y sus nombres no son conocidos oficialmente. Todos ellos nos han precedido con el signo de la Fe y duermen ya el sueño de la vida.
Vi una multitud inmensa que nadie podría contar, procedentes de toda raza, lengua, pueblo y nación, indicará San Juan en el libro del Apocalipsis. Ellos son los que buscan al Señor. Los que siempre han temido al Señor y han seguido sus caminos comiendo del fruto de su trabajo. Han sido de fiar en lo poco, por lo que han merecido entrar en el gozo de los hijos de Dios. Han engrosado las listas del Libro de la Vida.
Su forma de proceder, siempre se ha adaptado al programa de las Bienaventuranzas, viviendo en pobreza de espíritu, en total mansedumbre y en limpieza de corazón. Su único objetivo ha sido Cristo y a Él le han ofrecido todas sus tareas. Ellos también nos estimulan con su ejemplo y nos abren el camino hacia la santidad, itinerario que ellos ya recorrieron. Y a ellos, nos encomendamos diariamente pidiendo su intercesión ante el Señor.
El origen de esta festividad se remonta a los primitivos tiempos cuando San Dámaso compone epitafios para las tumbas de los mártires. El Papa Bonifacio IV lleva a cabo la consagración del Antiguo Partenón Romano a la Virgen y a todos los Santos Mártires sean conocidos o no. Una vez surge la idea añade, como perfeccionándolo, la dedicatoria a cuantos han muerto en Santidad, sean o no mártires. En el siglo VIII el Pontífice Gregorio IV potencia esta festividad que hay permanecido muy local y la instaura para que se viva en toda la Iglesia.