Santos Cornelio y Cipriano

Comentado por Jesús Luis Sacristán

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Jesús Luis Sacristán

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La unión hace la fuerza. Esto también pasa en la Fe con aquellos cristianos que son perseguidos y permanecen unidos hasta el martirio. Hoy la Iglesia nos presenta al Papa San Cornelio y al Obispo San Cipriano. Se les celebra juntos porque no amaron tanto su vida que temieran la muerte. Y lo llevaron a cabo unidos. 

El primero nació en Roma, siendo elegido Pontífice en el año 251. Su defensa de la Fe, se hizo notar, sobre todo, en la lucha contra el cisma novaciano, que defendía una Iglesia distinta de la fundada por Jesucristo. Cuando asola una peste por esas zonas, se pone a disposición de los necesitados para ayudarles. Galo le destierra y muere en Chivitavecchia el año 253

Cuando supo que había sido condenado a muerte fue al lugar donde se le había condenado para dar testimonio supremo de su derramamiento de sangre por Cristo. Fue sepultado en Roma en las catacumbas de San Calixto. Por su parte, Cipriano nació en Cartago, alrededor del 210. Aunque de origen pagano, se convirtió al cristianismo y será sucesivamente sacerdote y Obispo de su ciudad natal.

Es la impronta de la Providencia Divina que escribe recta con renglones torcidos. Pastor insigne y ejemplar, ayuda a Cornelio en el celo por el Evangelio. Varias son las persecuciones que tuvo que soportar, hasta que llegó el momento de rubricar con la sangre lo que había predicado con la palabra y la pluma del insigne escritor. De hecho, reflexionó mucho en sus escritos sobre la oración del Padrenuestro, muy fecundos para la meditación.

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