Vuelve a ver el especial de TRECE 'JMJ: 10 años después'
Revive los cinco capítulos del programa especial, presentado por Álvaro de Juana, con motivo del décimo aniversario de la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid
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Hace 10 años, en 2011, casi dos millones de jóvenes de todo el mundo se reunieron en Madrid para vivir la XXVI Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). La capital de España vibró con entusiasmo ante la presencia del papa Benedicto XVI. Con motivo del décimo aniversario de este acontecimiento histórico, TRECE ha preparado “JMJ: 10 años después”, una serie de especiales que se emitieron del 16 al 20 agosto de 2021.
Capítulo I
Fueron cientos los mensajes que dejó Benedicto XVI durante el encuentro con los jóvenes en Madrid, procedente de un total de 193 países. A todos ellos, les pedía que edificaran sus vidas sobre el cimiento firme de Cristo: “Vuestra alegría se contagiará a los demás. Se preguntarán por el secreto de vuestra vida. Que nada ni nadie os quite la paz”.
Otro de los momentos más emotivos de aquellos días fue el encuentro del Santo Padre con los más pequeños, y que había organizado Paula Rodríguez:“Hacía tanto calor en Madrid que queríamos retrasar la llegada del Papa. La noche antes se nos ocurrió que los niños estuvieran con Benedicto XVI en la Nunciatura. A mi me marcó, porque vi a un Papa con ternura. Fue un encuentro muy íntimo, en el que bendecía a cada uno de los niños, les tocaba, estaba muy a gusto con ellos. Un encuentro precioso”.
Afirmaciones que ha secundado la encargada del proyecto 'Con causas', Eva Latonda, quien ha añadido que“la idea era hacer unos JJOO del amor, de la fe, del cariño, de la solidaridad, de la entrega de tanta gente que veía a lo mejor sin creer, pero sentían la llamada”, recuerda emocionada.
Para el cardenal Rouco Varela, uno de los momentos más emocionantes de la JMJ de 2011 fue Jesús Eucarístico, ya que fue“estremecedor y pasará a la historia de las JMJ como de los momentos más bellos y aleccionadores de lo que debe ser Cristo para los jóvenes”.
Uno de los grandes éxitos de la JMJ fue la unión que hubo entre las administraciones, que se volcaron en el evento, algo que normalmente no ocurre en España. Por supuesto, los beneficios económicos que reportaron la visita del Papa fueron muy superiores a los costes de la organización.
Capítulo II
Tras casi tres años de preparativos, Benedicto XVI llegó a España para asistir a la Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Madrid en agosto del año 2011. Fue recibido por miles de jóvenes en la Puerta de Alcalá, un monumento emblemático que el Santo Padre atravesó junto a cincuenta jóvenes de los cinco continentes. En Cibeles por su parte también fue recibido con un baño de multitudes.
A lo largo de la semana en la que se celebró el encuentro mundial de los jóvenes, multitud de personas quedaron marcadas por la JMJ y por la presencia de
Benedicto XVI en capital de España: “Vengo a encontrarme con millares de jóvenes de todo el mundo, católicos interesados por Cristo o en busca de la verdad”, expresaba Benedicto XVI a su llegada al aeropuerto de Madrid-Barajas, donde fue recibido por D. Juan Carlos y Doña Sofía (entonces Reyes de España) y el arzobispo de Madrid, el cardenal Antonio María Rouco Varela.
Abril estuvo presente en la JMJ de Madrid. No pasaba por su mejor momento personal, pero la presencia de Benedicto XVI y el clima de ilusión y alegría que transmitían miles de jóvenes por las calles de la capital de España, hicieron que Abril diera un giro de 180 grados a su vida.
Ante la llegada de miles de peregrinos con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, fueron las familias las encargadas de acoger a buena parte de ellos. Fue el caso del matrimonio, ya de avanzada edad, formad por Paco Partín y Gema de la Torre. Ambos coinciden en señalar que aquel acontecimiento eclesiástico fue especial: “La parroquia pedía voluntarios para acoger a los peregrinos. Nuestra casa siempre ha estado abierta y nos apuntamos para acoger a cuatro. Finalmente recibimos a un grupo de Costa Rica”.
Jorge Boada fue ordenado diácono hace unas semanas. Hace diez años se encontraba como voluntario en la secretaría general de la JMJ de Madrid, lo que para él fue un hito importante: “Fue descubrir lo que el Señor me estaba pidiendo”. De aquellos días de ritmo trepidante, Jorge Boada solo puede recordar la emoción y la entrega “por la causa del Señor”, que estaba por encima del cansancio: “Fue aquello una pequeña formación del corazón para acoger el don una vez que el Señor me estaba llamando”.
El 20 de agosto de 2011, el Arzobispado de Madrid acogía una comida con el Papa Benedicto XVI, a la que asistieron un total de sesenta comensales. Entre las camareras que atendían a los invitados estaba Susana García.
Capítulo III
Casi 2 millones de jóvenes de todo el mundo se reunieron hace 10 años en Madrid para vivir la XXVI Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) tuvo lugar en la ciudad de Madrid. Del 16 al 21 de agosto de 2011, capital de España vibró con el entusiasmo de la juventud y la presencia del Papa Benedicto XVI quien los llamó a permanecer “Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe” tema de las jornadas.
Uno de los lugares emblemáticos de la JMJ de Madrid fue El Escorial. El Papa Benedicto XVI tuvo un encuentro en ese lugar con algunos jóvenes profesores universitarios de todo el mundo y también con religiosas, la mayoría de clausura o semiclausura. Estos encuentros marcaron un antes y un después en la historia de la Iglesia.
Alejandro Rodríguez de la Peña fue el encargado de pronunciar el saludo inicial en nombre de los jóvenes profesores universitarios en el encuentro: “Tuve la oportunidad de dirigirme al Santo Padre en nombre de los profesores universitarios de Madrid y viví uno de los momentos más especiales de mi vida”.
Otro de los actos principales de la JMJ que se celebró en Madrid hace 10 años fue el Vía Crucis. Tuvo lugar en el eje Cibeles-Recoletos y llegaron de toda España 14 pasos procesionales. Unos pasos que marcaron a los miles de jóvenes que presenciaron estos momentos.
Laura Serra y Jorge Romero son dos jóvenes que participaron en el Vía Crucis: “Veníamos con muchísima ilusión a la JMJ de Madrid”. Jorge confiesa que “venía con la pretensión de hacer lo que el Señor quisiera con mi vida”. Estos dos jóvenes se reencontraron como voluntarios durante el Vía Crucis: ahora están casados y tienen dos hijos. “El día del Vía Crucis, colocando las vallas como voluntarios, parece que se abrió el mundo y apareció Laura” cuenta Jorge, todavía muy emocionado.
David Fernández fue uno de los muchos jóvenes que participaron en el Vía Crucis: “Hace 10 años yo fui uno de los convertidos en esta JMJ. La verdad que para mí supuso un antes y un después en mi vida. Tenía 18 años, recién terminado segundo de bachillerato y una crisis bastante complicada. Aunque por familia y por costumbre iba a Misa los domingos, tenía una fe bastante débil”.
Maria Cardenal y Eduardo Delgado fueron dos de los organizadores del Vía Crucis. “Tres meses antes de la JMJ me pidieron que me hiciera cargo del diseño del proyecto del Vía Crucis, fue único e irrepetible” cuenta el arquitecto Eduardo que diseñó 15 cajas de luz neutras y modernas en las que colocar los pasos.
Guiomar Goena fue otra de las jóvenes que organizaron el Vía Crucis durante la JMJ: “Justo en 2011 acababa de llegar a Madrid a trabajar y me metí en la JMJ en el equipo organizador del Vía Crucis. Estuve trabajando 8-9 meses y fue espectacular, aprendí muchísimas cosas a nivel profesional y personal. Me gusta pensar que Dios actúa en cosas muy pequeñas y creo que el Vía Crucis me ayudó a quitarme todos los afectos mundanos del corazón y acompañar, gracias a esos pasos, al Señor en su Calvario. Yo creo que la alegría tiene las raíces en forma de cruz”.
Capítulo IV
Uno de los actos más sorprendentes y también conmovedores durante la JMJ de Madrid de hace 10 años fue la presencia de Benedicto XVI en el Hospital Fundación Instituto San José. El Papa se trasladó hasta allí para conocer cómo se cuidan a los enfermos y cómo es el tratamiento que reciben en el Hospital. La Fundación Instituto San José es un hospital especializado en rehabilitación neurológica, traumatológica y cuidados paliativos.
Ángel Alberto García conoció a San Juan Pablo II en 1995 en Roma y en 2011 a Benedicto XVI en Madrid: “Fue un momento especial en el que vivimos intensamente la visita de alguien que era más de una persona, era una figura que trasciende lo político e incluso lo religioso”.
Ramona Mesa fue una de las trabajadoras del hospital que estuvo presente en el encuentro con el Papa Benedicto XVI: “La noticia que íbamos a recibir la visita del Papa para mí fue un revulsivo de emoción. Tengo detrás de mi historia haber sido una joven de los años 80 de otro Papa, San Juan Pablo II. De golpe me encontré que Benedicto XVI iba a venir a mi trabajo; para mí fue un regalo. Sabía que era el momento de vivir aquello sin dejar pasar nada, una oportunidad única para poner en práctica la hospitalidad que siempre habíamos tenido como un valor importante en la fundación y lo conseguimos”.
Cristino Pérez fue una de las personas que asistió al encuentro con el Papa Benedicto XVI en la Fundación que gestionan los hermanos de San Juan de Dios: “Érase una vez de una persona que estaba en un centro rehabilitándose y conoció al Papa. Fue poco lo que le vi o le escuché, pero para mí fue suficiente, lo tengo como un bello recuerdo”.
Rafael Martínez es el superior de la Comunidad de la Fundación Instituto San José y recuerda cómo empezó a gestionarse la visita del Papa: “Quería tener un encuentro con jóvenes discapacitados y el arzobispo de Madrid pensó que el centro reunía las condiciones para poder hacer este evento. Cuando daban las 20 en el campanario, hacia su entrada el Papa y fue muy emocionante”.
Capítulo V
La JMJ de Madrid en 2011 concluyó en la base aérea de Cuatro Vientos, cuna de la aviación militar española. Se trasladaron allí los jóvenes de todo el mundo junto con Benedicto XVI para clausurar la JMJ hace ahora 10 años.
Aquí el Papa celebró la Vigilia de Oración y el día después la Misa final de la Jornada Mundial de la Juventud. En la base aérea de Cuatro Vientos se desató también una terrible tormenta imprevista que dio al traste con parte de la organización. Sin embargo, esa tormenta hizo que los jóvenes de todo el mundo, más de un millón y medio, demostrasen a una juventud católica viva. La vigilia de oración y la Misa de clausura de la JMJ de Madrid reunieron a casi 2 millones de personas en la base aérea de Cuatro Vientos.
Marta era una de las voluntarias de la Archidiócesis de Toledo que participó en la JMJ: “Éramos más de 1200 jóvenes y fue un gustazo poder disfrutar de tanta gente joven y de tantos cristianos que tienen tu mismo ideal. Fue también un regalo poderlos recibir en nuestras casas y una experiencia de comunidad muy fuerte. Quisimos participar porque no nos podíamos perder la oportunidad de recibir el Papa aquí en Madrid y desde luego lo queríamos hacer para reafirmarnos como jóvenes católicos”.
Antonia Alfonso fue una de las voluntarias que prepararon la JMJ en su parroquia y recuerda perfectamente el día en que le dijeron que iba a ser la responsable de la acogida: “Mi párroco directamente me cogió del hombro y me dijo que iba a ser la responsable de la acogida de peregrinos en nuestra parroquia y también la responsable de supervisar los distintos centros”.
Pablo Lombardero fue uno de los jóvenes que participaron en la JMJ y tenía claro que el Señor le estaba llamando a la vocación sacerdotal: “Me acuerdo que estaba de voluntario y en mitad del caos, la Palabra de Dios sobresalía por encima de todo”.
Belén trabajó como voluntaria en los actos centrales de la JMJ de Madrid y vivió de forma especial la vigilia en Cuatro Vientos: “Teníamos que hacer que el Papa se sintiera en Madrid como en su casa; lo difícil fue hacernos a la idea de que esto iba en serio”. El Papa se negó a irse durante la tormenta y Belén pensó que, si ellos se quedaban allí, el Papa también: “De repente salió la custodia de Arce y a partir de ahí todas las diferencias se acabaron y juntos nos pusimos de rodillas ante Dios y lo adoramos”. La imagen de Belén llorando durante la adoración eucarística se hizo viral y dio la vuelta al mundo.