Julio Borges, expresidente de la Asamblea Nacional de Venezuela: "El silencio de Zapatero es un compromiso claro con la dictadura"

“La salida de Edmundo González abrirá un nuevo capítulo en Venezuela, en el que Maduro tratará de normalizar todo lo que suceda en el país”. Es la opinión de Julio Borges, expresidente de la Asamblea Nacional Venezolana. Como jefe de la delegación que representó a la oposición democrática en las negociaciones con el régimen chavista, en República Dominicana, en 2018, de las que formó parte José Luís Rodríguez Zapatero, se pregunta por qué el expresidente español, invitado por el régimen como observador, todavía no ha explicado qué sucedió el pasado 28 de julio, si hubo o no fraude: “él lo vivió y él lo sabe, ¿por qué se queda callado?, eso es un compromiso claro, no con la democracia, sino con la dictadura”. 

Denuncia Borges que Maduro y Zapatero se han repartido los papeles. El dictador venezolano es el policía malo, que ordena la cárcel para Edmundo González y presiona a su familia. Y el policía bueno sería -ha explicado en El Cascabel de Fin de semana en Trece- el expresidente español, que le dice “si tú colaboras, te salvo del policía malo, que es el loco”. Aunque el exilio de González se ha planteado como una solución humanitaria, a su juicio “tan perverso es el bueno como el malo, porque juegan en equipo. Obviamente hay un acuerdo muy claro para crear un nuevo proceso de enfriamiento, de negociación, con Zapatero involucrado”. Él piensa que tratarán de tapar y diluir el efecto del resultado electoral, al tiempo que intentan crear división entre los partidos de oposición. Pero “no lo van a lograr”.

Zapatero -recuerda Borges en el programa que dirige Ana Samboal- llega a Venezuela en 2016 y, en ese momento, mantiene relaciones tanto con el régimen y como con algunas personas de la oposición democrática que, “curiosamente, se han movido ahora al lado de Maduro”. Su papel era el de mediador, neutral. Pero -reprocha Borges- “teniendo la oportunidad de buscar un equilibrio, el peso entero de lo que había que tragar se ponía en nuestras espaldas y todo lo positivo, las concesiones, eran para Maduro. Era el mundo al revés”. Ese año, 2018, iban a celebrarse elecciones presidenciales y, en plenas negociaciones, ilegalizaron a todos los partidos políticos. El ex diputado venezolano, que recuerda que se negó a firmar la ilegalización, considera que en ese momento comenzó la legitimación del régimen bolivariano y, desde entonces, “lamentablemente, Zapatero se convirtió en una especie de mentor de Maduro”. La negociación fracasa.

A partir de ese momento, el que fuera presidente del gobierno español entre 2004 y 2011, se convirtió -en opinión de Borges- “una especie de gestor, amigo del régimen de Maduro o lobbysta”. A su juicio, el mérito que se atribuye de haber sacado a personas de la cárcel es insuficiente. “Hay intereses políticos, Zapatero quiere proyectarse, junto a otros personajes, como parte de un liderazgo de izquierda internacional. Pero Maduro ha dejado en ridículo ese liderazgo, a Lula, a Petro. Debería hacer una reflexión, como la que ha hecho el presidente de Chile: ya no es una cuestión ideológica, sino de derechos humanos. Es terrible que no se le ponga un freno moral, con el dolor que estamos sufriendo millones de venezolanos, que hemos perdido familia en este proceso, hemos perdido futuro y libertad”. Borges cree que, además de los intereses políticos, el expresidente español mantiene también intereses económicos o de negocios: “es todo un entramado de agenda personal, que pagamos los venezolanos”.

El objetivo ahora -explica Borges- es que tanto el gobierno de España, como la Unión Europea, reconozcan la victoria de Edmundo González, con el que él mantiene un contacto frecuente porque es “una de las figuras más importantes de la unidad, ha hecho un papel épico porque él y su familia han estado sometidos a una gran presión”. El ex diputado venezolano no pone en duda que vaya a seguir luchando para lograr el cambio que el pueblo venezolano ha dado. A partir de ahora, el ganador de las elecciones será la cara visible de un frente internacional y María Corina Machado mantendrá abierto el frente interno: “hay que frustrar la intención que hay de tratar de tapar lo que fue el resultado glorioso del 28 de julio”.

Concluye Borges que lo que está ocurriendo en Venezuela es “fundamental para el mundo libre. Venezuela hoy es el patio donde Irán, China, Rusia, Cuba hacen lo que les da la gana para desestabilizar a toda la América Hispana. Maduro le abrió la puerta a un proyecto no democrático para destruir los valores occidentales en América Latina”. Venezuela es importante humanamente, políticamente y estratégicamente: “aquí hay mucho en juego”.