La lucha de Víctor por conseguir que la okupación tenga consecuencias: “La población está hasta las narices”

Este propietario de una vivienda okupada en Murcia podría enfrentarse hasta a tres años de prisión por entrar en su casa y desalojar a los okupas si estos le denuncian

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Víctor, propietario de una vivienda okupada en Murcia, podría enfrentarse hasta a tres años de prisión por entrar en su casa a la fuerza para echar a los okupas. No utilizar las vías legales para recuperar su casa podría costarle la cárcel. Todo esto podría suceder si las personas que han usurpado su casa le denuncian: “No he recibido una denuncia y tampoco he interpuesto ninguna. No contábamos con esta trascendencia, pero es el reflejo de que la población está hasta las narices. En todas partes se habla de mis consecuencias, pero no veo que se hable de las consecuencias de los okupas”, advierte Víctor.

“Es una casa que se compró al banco y que estaba en un proceso de reforma. Había tres adultos y tres niños que son vecinos de Murcia, de otros barrios, y se demostró que no tenían una necesidad de una vivienda social. Entraron el sábado y dotaron la casa de más servicios. Compraron electrodomésticos, colchones nuevos, montaron una piscina… no tienen una necesidad económica real. Era un perfil de okupa de verano”. Víctor, acompañado de otras personas, entraron a la vivienda con los okupas en su interior: “Nosotros, en el momento en el que hacemos la desokupación, analizamos la casa y les hacemos la mudanza completa de sus pertenencias”.

No es la primera vez que Víctor sufre una ocupación. Tardó cinco años en recuperar otra de sus viviendas después de que la justicia se la devolviera. Durante esos años Víctor continuó pagando sus impuestos y después tuvo que hacer frente a daños por valor de 50.000 euros. Al enterarse de que su nueva vivienda había sido okupada, no dudó en entrar, tratando de evitar pasar por lo mismo: “No opusieron resistencia. He tenido suerte porque he tenido un perfil de okupa proactiva. Ellos decían que pensaban que la casa era del banco. Al entrar no tenían intención de moverse, pero cuando vieron que no íbamos a conversar se fueron”, relata Víctor. “Los okupas se ríen de los propietarios, policías… porque la sentencia suele ser 200 euros de multa por destrozar una vivienda y vivir tres o cuatro años gratis. La consecuencia es tan pequeña que sale gratis”.

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