El Gobierno salva parte de su reforma fiscal y aclara que mantiene su pacto con Junts sobre el impuesto energético
Pese al acuerdo alcanzado en el último momento con ERC, Bildu y BNG para prorrogar un año más el gravamen, la ley se mantiene en vilo para este jueves en el Pleno del Congreso
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El Gobierno español ha logrado, in extremis, salvar una parte clave de su reforma fiscal tras un acuerdo de última hora con ERC, Bildu y BNG, que permitirá prorrogar un año más el impuesto a las grandes energéticas. Este pacto, alcanzado en la Comisión de Hacienda del Congreso, ha sido crucial para la aprobación de la ley que regula el tipo mínimo de las multinacionales, que ya estaba en riesgo de decaer debido a la falta de apoyos.
A pesar de las tensiones dentro de la coalición y las presiones externas, el Ejecutivo ha conseguido encauzar las negociaciones al comprometerse a mantener el gravamen energético durante 2025. Sin embargo, este acuerdo ha generado cierto desconcierto, ya que, por un lado, parece contradecir el pacto previamente alcanzado con Junts, que exigía la eliminación del impuesto energético. A pesar de esta contradicción aparente, Junts ha respaldado el texto en la Comisión de Hacienda, lo que ha permitido avanzar en el proceso legislativo.
La postura del Gobierno: compromiso con Junts
El Ministerio de Hacienda ha aclarado que, a pesar de la prórroga acordada con ERC, Bildu y BNG, mantiene su pacto con Junts sobre el impuesto energético. Según el comunicado oficial, el Gobierno sigue comprometido con no gravar a las empresas energéticas que demuestren un "compromiso efectivo de inversión para la descarbonización". Este matiz es clave para entender la postura de Junts, que no ha impedido su apoyo al acuerdo, pero subraya que el gravamen continuará solo para aquellas compañías que no cumplan con los objetivos medioambientales establecidos.
Este compromiso con Junts también ha permitido desbloquear la situación y evitar el colapso de la reforma fiscal, lo que a su vez ha evitado un posible retraso en la transposición de la directiva europea sobre el tipo mínimo de tributación para las multinacionales, que ya estaba fuera de plazo. Además, la reforma está vinculada al quinto desembolso de los fondos europeos, lo que hacía aún más urgente llegar a un acuerdo.
La reforma fiscal en el aire: la clave del Pleno del jueves
Aunque el acuerdo con ERC, Bildu y BNG ha sido esencial para salvar parte de la reforma fiscal, la ley aún no está a salvo. El próximo jueves, el Pleno del Congreso debatirá y votará la ley, y allí serán necesarios los votos tanto de Junts como de Podemos para que la reforma siga adelante. Sin embargo, la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, ha advertido que sin el mantenimiento del impuesto energético, su partido no apoyará la reforma. Belarra calificó el acuerdo como un "papel mojado" si no se garantiza que el gravamen a las energéticas continúe en vigor, lo que añade incertidumbre sobre el futuro de la ley.
La jornada de este lunes en la Comisión de Hacienda fue especialmente caótica, con una negociación maratoniana que se prolongó por más de ocho horas. Durante el proceso, la ley estuvo a punto de decaer debido a la negativa de ERC, Bildu y BNG a respaldarla sin la inclusión del impuesto energético, lo que obligó a los negociadores a intensificar las conversaciones y buscar una solución de última hora.
Nuevas medidas fiscales
A pesar de las tensiones, la Comisión de Hacienda aprobó algunas enmiendas clave que forman parte del paquete fiscal. Entre ellas, destaca la subida del IRPF para las rentas del ahorro superiores a 300.000 euros, que pasará del 28% al 30%. También se han incluido medidas para reforzar la lucha contra el fraude fiscal en el sector de los hidrocarburos, así como cambios normativos para paliar los efectos de la anulación por parte del Tribunal Constitucional de las reformas fiscales del PP en el impuesto de sociedades.
Asimismo, se acordó gravar a los vapeadores y aumentar la fiscalidad del tabaco, medidas que buscan equilibrar la carga fiscal y aumentar los ingresos del Estado. También se han aprobado propuestas para modificar la directiva europea del IVA, con el objetivo de aplicar el impuesto a los alquileres turísticos, y se ha impulsado la factura electrónica como una herramienta para mejorar la transparencia fiscal.
Los impuestos a las grandes energéticas y otros temas pendientes
El impuesto a las grandes energéticas ha sido, sin duda, uno de los puntos más conflictivos de la reforma. Desde el principio, el Gobierno pactó con PNV y Junts la eliminación de este gravamen a final de año. Sin embargo, ERC, Bildu y BNG han mantenido que su apoyo a la reforma fiscal dependía de su prórroga. Tras una intensa negociación, se llegó a un acuerdo para extender el impuesto hasta 2025, a cambio del apoyo de estos partidos en la Comisión de Hacienda.
Además, la ley incluye otras propuestas fiscales que aún deben ser ratificadas en el Pleno, como el impuesto a la banca, que había sido rechazado en la comisión, pero que ahora se plantea aprobar en la votación del jueves. Otros temas pendientes incluyen la fiscalidad sobre el diésel, las socimis (sociedades de inversión inmobiliaria) y los pisos turísticos, que podrían verse afectados por nuevas subidas impositivas.