Ana Samboal: "Lo de Europa comienza a parecer el ejército de Pancho Villa: el Gobierno del desconcierto"
La directora de 'La Lupa de la Mañana' habla sobre los conflictos en torno a las vacunas contra el coronavirus
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En Madrid estaban convocadas este viernes casi 110.000 personas para ir a vacunarse. Han ido 29.000. Lo ha confirmado la comunidad autónoma. Ese le efecto, lógico, del desconcierto y el desgobierno que hemos visto a lo largo de toda la semana con respecto a las vacunas.
Primero nos enteramos que la Agencia del Medicamento estaba haciendo nuevos informes, cuando no nos había advertido que estaba haciéndolo. Cuando nos había dicho "vacúnense, que los beneficios son mayores que cualquier tipo de riesgo conocido". Pero seguía investigando y nos enteramos por una filtración.
Después, el Gobierno de España reacciona y dice que la vacuna se pondrá de 60 a 65 años. Después lo amplía de 60 a 69 y después dice que no sabe qué hacer con los que han recibido la primera dosis. En Francia les van a poner Pfizer o Moderna, en Alemania se dedican a negociar con los rusos para comprar una vacuna que todavía no está admitida en Europa. Una vacuna que en otros países europeos que ya la han comprado, la Sputnik, empiezan a recelar de ella porque tiene una efectividad menor que la de AstraZeneca pero la validación de la revista 'The Lancet' ya es una garantía de calidad para los científicos.
Todo este lío solo en una semana. ¿De verdad estamos transmitiendo a la población las certidumbres necesarias? ¿De verdad etanos dando una información adecuada y fiable? ¿Cuando Castilla y León anuncia que va a suspender la vacunación con AstraZeneca, recibe el visto bueno de la ministra de Sanidad y después llega Carmen Calvo y le echa la bronca?
Lo menos que se puede pedir en tiempos de zozobra como los que vivimos es una información clara y fiable, que las autoridades se reúnan, se pongan de acuerdo y después nos lo digan. No que hagan el debate públicamente, o menos que lo demuestre. Lo de Europa comienza a parecer el ejército de Pancho Villa: el Gobierno del desconcierto.