"No estaría de más recortar presupuesto que se emplea en pagar a quienes se encargan de reírle las gracias supuestas al líder de turno"

Si me lo permiten, esta noche les voy a hacer una pregunta un tanto personal. ¿Les gusta la bici? ¿Les gusta andar en bici? Bueno, se lo pregunto porque seguramente ustedes ni se lo habían planteado, pero si les gusta andar en bici, entonces es que son “progres”. Esa es la asociación de ideas a la que ha llegado hoy el presidente Sánchez, se supone que por la persona interpuesta que le ha escrito el discurso: “Que dejen de ver en la bicicleta, en la bici, un símbolo progre...”. Si fuera cierta esa asociación de ideas de Sánchez, entonces seguramente el Partido Socialista, lejos de haber perdido las últimas elecciones, es que habría arrasado en las urnas. ¿Por qué? Pues porque más del 70% de los hogares en España tienen al menos una bici. El 70% de “progres”. Pero más allá de ser una broma sin gracia, esto de asociar la bici a lo progre, es también un ejemplo más de esa intención de introducir la ideología desde el poder hasta en lo más íntimo del día a día, desde la música que se escucha hasta el humor que se ve. La idea es que la ideología lo impregne todo, ¿con qué motivo? Pues para tratar de dividir la sociedad en grupos, los míos contra los otros.

Por cierto, que en esa campaña para hacer pasar por qué la bici es algo progre, el Gobierno ha presentado de manera oficial, ha elaborado con dinero público, esa campaña en la que se utiliza aquella frase del presidente del Gobierno con la que Sánchez trató de imbuir de suficiente demagogia a los dirigentes de su partido, también con esa misma idea de dividir. Están los buenos, por supuesto, los que están con él, y luego están los malos, incluso los malos malísimos, que esos deben ir todos, decía el presidente, en Lamborghini: “España será un país mejor si tiene más automóviles eléctricos, por cierto, fabricados en España, más autobuses públicos y, por tanto, más transporte público y menos Lamborghini”. Esa frase del presidente ante los dirigentes de su partido se ha convertido en el estribillo de una canción compuesta, por supuesto por casualidad, para esa campaña institucional que ha presentado hoy el presidente Sánchez y que dice: “Si te vas a mover que sea con clase, si lo haces en Lambo, quizá te retrases”. Lógicamente no, no es casualidad y tampoco es magia, son tus impuestos. Seguramente, seguramente no, no hace falta recortar en educación o en sanidad, pero no estaría de más hacerlo en el presupuesto que se emplea, por ejemplo, en pagar a quienes se encargan de reírle las gracias supuestas al líder de turno.