"Cuando desde Moncloa insultan a Ayuso, ¿saben que lo hacen a todos los madrileños?"

José Luis Pérez, director de 'TRECE Al Día', analiza detenidamente los argumentos que se han dado para defender o criticar la decisión de la presidenta de la Comunidad de Madrid de no acudir el viernes a la reunión con Sánchez

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Monólogo de José Luis Pérez del 22 de octubre de 2024
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TRECE


Entonces, ¿que Ayuso no vaya el viernes a la Moncloa, es un acierto o es un error? ¿Esta decisión de la presidenta madrileña la convierte en una maleducada o en una maestra de la estrategia política? Claro, cuando el origen de esta nueva polémica es una reunión a la que uno no tiene ninguna gana de invitar y la otra no tiene ninguna gana de acudir, pues al final la cuestión parece que se reduce exclusivamente a eso, quién sale ganando y quién sale perdiendo, quién acierta o quién se equivoca, o en su versión última, quién es el bueno y quién es el malo. Por otra parte, y por desgracia, ese código binario en el que tan cómodos se sienten algunos.

Pero si tratamos de analizar solo con un poco de detenimiento cada uno de los argumentos que se han ido esgrimiendo para justificar una cosa o su contraria, pues a lo mejor nos encontramos con que, como casi siempre, por otra parte, lo que predomina es la escala de grises.

Veamos, se ha dicho que esa decisión de Ayuso debilita a Núñez Feijóo, que eso es pensar algo así como que potenciales votantes del Partido Popular se dijeran a sí mismos en masa, “pues ahora ya no voy a votar al PP porque Ayuso no va con Sánchez y Feijóo dijo que tenía que ir”. Parece una hipótesis demasiado aventurada pensar que esto puede quitar un solo voto al Partido Popular, que es, en el fondo, como se mide la fortaleza y la debilidad, o no de un líder político, en votos.

Hay quien a esa teoría añade, “no, en realidad con este movimiento Ayuso lo que quiere es mostrarse como la verdadera líder de la oposición para que la pongan a ella en lugar de a Feijóo”. En realidad eso solo ella y el propio Feijóo lo pueden saber, pero desde luego no parece que esa teoría se ajuste a la más mínima lógica del tempo político. Sería suicida abrir una hipotética sucesión en un momento como este, en el partido más votado en España. También en eso serán, en todo caso, las urnas, no una reunión en la Moncloa, las que decidan.

Hay un tercer argumento todavía en el ámbito interno del Partido Popular. “Ayuso deja en mal lugar a sus compañeros presidentes autonómicos del PP que sí han acudido a la Moncloa”. Y ese argumento, en cambio, sí parece sostenerse. Y parece sostenerse por lo que le ha dicho la propia Ayuso esta mañana a Herrera en Cope: “Y el 'conciertazo' que pretenden fabricar con el dinero y el sacrificio y la historia de los españoles para que a Sánchez le salga la estrategia de los votos en Cataluña y poder mantenerse en la Moncloa, y después que pasemos por la Moncloa a darle el visto bueno, que es lo que hacen utilizando esa foto”. Ciertamente, si la presidenta de Madrid dice que su presencia sería una especie de aval, un visto bueno, se puede interpretar que para ella la presencia de sus compañeros de partido lo era, ese visto bueno. Luego, ella debe entender que algunos de esos compañeros de partido se puedan molestar con su plantón a Sánchez.

Y luego están las interpretaciones que se hacen ya desde el Gobierno. Lo de que no acudir a la Moncloa es una muestra de “absentismo laboral”, que ha sido lo último, que es lo que ha dicho hoy la ministra portavoz. Eso es de tal pobreza argumental que seguramente no merece más comentario. Sí, es más llamativo eso de que Ayuso no se ha enterado de que cuando te llama tu presidente tienes que acudir a esa llamada. Sobre todo en la versión que ha dado también la ministra portavoz cuando le preguntaban por qué entonces, bajo esa teoría, Sánchez en el 2016 no acudió a alguna llamada cuando Rajoy era el inquilino de la Moncloa: “Es que me ciño a lo que ya está sucediendo. Es que todos los presidentes de las distintas comunidades autónomas, de distinto signo político, están acudiendo a estas reuniones. Y a estos encuentros que entran dentro, y me permiten, de la normalidad institucional”. En ese caso, dice la ministra, se “ciñe al presente”. ¿Se ciñe al presente o no le habían preparado la respuesta a esa pregunta en el argumentario? Porque si la ministra se ciña al presente, a partir de ahora se va a tener que olvidar de algunos de sus clichés favoritos, que pasan por echar la culpa de todo al gobierno de Rajoy, o incluso todavía mucho más atrás a los gobiernos de Aznar, que para ceñirse al presente se ha quedado un poco atrás.

Pero la ministra portavoz ha utilizado también otra línea argumental. Cuando alguien es presidenta, en este caso de la Comunidad de Madrid, es presidenta de todos los ciudadanos: “Ser presidenta de una comunidad autónoma comporta muchas responsabilidades. La primera es atender a todos los madrileños, a los que te han votado y a los que no”. Realmente esa parte de su tesis es incontestable y posiblemente es la línea más débil de la postura de Ayuso, la de no acudir a la Moncloa. Ahora bien, ese argumento de la ministra, obviamente, habrá que aplicarlo en las dos direcciones. Si como bien dice Alegría, Ayuso es la presidenta de todos los madrileños, debemos entender entonces que cuando desde la Moncloa la insultan, ¿saben que también lo hacen a los madrileños, a todos los madrileños, a los que representa?

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