"La reducción de las emisiones es algo más complicado que ponerse una chapita de colores y pronunciar palabras huecas"

El presidente Sánchez ha considerado este año especialmente prioritaria su presencia en la cumbre del clima que se está celebrando en Bakú, después de esa devastadora gota fría que hemos sufrido en nuestro país. De hecho, ha querido comenzar su intervención, el presidente, recordando a las víctimas de la DANA: “Más de 220 personas han perdido su vida en mi país y ellas son la razón por la que estoy aquí, para amplificar el mensaje del impacto que tiene el cambio climático”.

Como la virulencia y la repetición de esos fenómenos está relacionada con el cambio climático, el presidente Sánchez ha recordado además, con una frase muy contundente, que el cambio climático mata. Claro, una declaración tan firme y después de una desgracia tan enorme como la que hemos sufrido, lo normal es que hubiera venido acompañada de algún tipo de compromiso por parte del presidente. Del anuncio, por ejemplo, de una reducción de las emisiones de nuestro país, aunque solo fuera para dar ejemplo. Sin embargo, la declaración de Sánchez se ha quedado en las palabras que veíamos.

Es más, podríamos preguntarnos si bajo su administración ese firme compromiso que tantas veces ha repetido el presidente con las medidas para frenar el cambio climático, se corresponde con la realidad de lo que está ocurriendo. Y lo cierto es que como van a poder comprobar durante estos últimos años, coincidiendo con la presidencia de Sánchez de la administración Sánchez, la intensidad de las emisiones de gases de efecto invernadero en España han venido subiendo en estos últimos años, después del bajón lógico del año 2020 por la pandemia.

La siguiente pregunta, visto los datos, es ¿este incremento de las emisiones en nuestro país es responsabilidad de Sánchez? No les voy a descubrir a estas alturas que la coherencia del dicho al hecho no es precisamente una de las fortalezas de nuestro presidente. Sin embargo, lo cierto es que este incremento de la intensidad de las emisiones en España obviamente no es responsabilidad suya, porque todos sabemos que el cambio climático es una realidad y que sus consecuencias son tan graves como lo que acabamos de ver en Valencia. Pero de lo que no hablan tanto, en reuniones como esta en la que está hoy Sánchez, es que incluso aunque se cumplieran todos los compromisos a los que llegan en estas citas, incluso así la emisión de gases en 2030 todavía sería un 50% mayor que en 2017. Eso, insisto, en el caso de que se cumplieran los compromisos a los que llegan, que parecen muy difíciles de poder cumplir, aunque solo fuera porque todos los elementos con los que producimos energías limpias necesitan para su fabricación, para su transporte y para su mantenimiento grandes cantidades de combustibles fósiles. En definitiva, que lo de la reducción de las emisiones es algo más complicado que ponerse una chapita de colores y que pronunciar palabras tan profundas como en el fondo huecas.