"Son indicios que justifican que la investigación a Begoña Gómez se mantenga abierta"

¿Podría hacer el juez Peinado - el magistrado que ha abierto una investigación por corrupción y por tráfico de influencias a la esposa del presidente - una instrucción diferente, muy diferente, a la que está haciendo? A esa pregunta, desde el Gobierno y desde el PSOE, por ejemplo, responden con rapidez y responden con un rotundo sí, porque ellos sostienen que la instrucción debería estar ya cerrada, porque insisten que el juez no tiene nada. Es más, han llegado a acusar al magistrado de una prevaricación de libro. Prevaricar, que es tomar decisiones injustas a sabiendas, es la acusación más ignominiosa que se puede hacer a un juez.

Pero que para el portavoz socialista, para Patxi López, al que le suele gustar decirnos qué es lo que tenemos que contar o no, o cómo debemos llamar a las cosas, pues para Patxi López esa investigación no la tendríamos que llamar el caso Begoña Gómez, sino el caso Peinado. Lo decía así para señalar bien con el dedo al juez que investiga a la esposa del presidente: “Bueno, seré prudente en las consideraciones sobre el caso Peinado. ¿Y de qué se le acusa? De nada. Porque no hay nada, porque no hay caso. Entonces, ¿por qué se la investiga? Pues ahora hay que preguntarle al juez Peinado, ¿verdad? Porque en España hacer una investigación prospectiva, a ver qué encuentro, está absolutamente prohibido”.

Recuerden que la pregunta era si el juez Peinado podría hacer una instrucción muy diferente o incluso haberla cerrado ya a lo que está haciendo. Pero ahora, en vez de escuchar a los portavoces del Gobierno o del Partido Socialista, ahora vamos a escuchar a algunos de los testigos que ya han ido declarando, que ya han ido pasando ante el juez. ¿Y qué han dicho esos testigos? Pues han dicho cosas como que Begoña Gómez, la esposa del presidente del Gobierno, les pedía dinero para sus negocios privados y que después les citaba, no en un despacho profesional, les citaba en la Moncloa. Han declarado cosas como que acudían con cierta frecuencia a la Moncloa, pero siempre invitados por la esposa del presidente y que incluso en alguna de esas reuniones saludaba hasta el presidente del gobierno. Han declarado cosas como que los amigos del presidente del Gobierno llamaban a los CEO, a los máximos ejecutivos de alguna gran empresa para pedirles que recibieran a la esposa del presidente del Gobierno.

Ninguno de ellos, ninguno de esos testimonios seguramente sea una prueba de cargo, ni supone tampoco per se una prueba de culpabilidad, por supuesto que no. Por eso el caso está todavía en la fase en la que está, en la fase de instrucción. Pero desde luego esos testimonios de testigos, es decir, obligados a decir la verdad, sí parecen apuntar a una misma dirección y no precisamente a la de una investigación prospectiva de a ver si se encuentra algo. Son indicios que justifican que esa instrucción se mantenga abierta. Lo que venga después vendrá. Lo justifican al menos para los que no prefieran un país sin el concurso también del Poder Judicial.