Cada vez es menos aventurado decir que Biden será, posiblemente, el próximo presidente de Estados Unidos. Pero eso no quita para que efectivamente, su rival Donald Trump, pueda proclamar una victoria que sería, en todo caso, personal.
Es verdad que con esa declaración en torno a las ocho de la mañana, hora española, en la que hablaba incluso de fraude, el todavía presidente de Estados Unidos anteponía sus intereses a los de la primera democracia del mundo. Lo cierto es que su resultado, incluso aunque tenga que abandonar la Casa Blanca, es una victoria en lo personal. Nadie esperaba, ni siquiera su equipo más cercano, un resultado como el que ha obtenido y que todavía, a esta hora de la noche en España, le permitiría mantenerse como presidente de los Estados Unidos.
¿Estamos abocados a un embrollo judicial? Todo dependerá, no solo de Donald Trump sino también del partido republicano. Pero lo deseable para el país, que sigue siendo la primera potencia mundial, es que se arregle como sea, pero pronto.