Historia de COPE: No era el Director General de Salud del Gobierno de España, sino músico
La historia que vas a escuchar en este PODCAST forma parte de los grandes momentos vividos en esta cadena de radio a lo largo de su trayectoria
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El 26 de abril de 1986 en España seguíamos aturdidos e indignados con el último atentado de ETA obra del Comando España en Madrid. Veinte kilos de Goma dos en un coche bomba que estallaba al paso de un Land Rover de la Guardia Civil en las proximidades de la maternidad Nuestra Señora del Rosario. Cinco guardias civiles muertos y cuatro heridos graves. En la maternidad 60 recien nacidos y sus madres se salvaron de milagro.
Aquel sábado de abril, en España, poco o nada sabíamos de Chernóbil. Con el tiempo ese nombre se convirtió en imborrable.
Los vecinos de Prípiat no daban crédito a lo que veían. El haz de luz, de esa luz entre azul y violeta que se dirigía directa al cielo les parecía muy atractivo pese al humo que indicaba que había ocurrido algo malo en la Central Nuclear Vladímir Ilich Lenin. Lo que iba a ser un día normal en aquella localidad ucraniana, se convirtió en un infierno.
60 MILLONES de habitantes sufrirían las consecuencias, pero en realidad muchos más porque nadie se atrevería a consumir productos de aquellas zonas y el miedo a la radioactividad y sus consecuencias iban a ser indescriptibles.
En Francia e Italia se recomendó no salir de casa o exponerse el menor tiempo posible al aire. En Gran Bretaña se ordenó el sacrificio de animales y no beber leche. En muchas partes de Europa, entre ellas en España se pusieron restricciones a alimentos, sobre todo, a frutas y verduras. Pese a que en nuestro país se detectaron niveles bajos de radiación se tomaron medidas por parte de la Dirección General de Salud del Gobierno que presidía Felipe González.
En COPE, vivíamos un episodio especial de nuestra historia como medio de comunicación, como una de las cadenas de radio más importantes de España con una de las entrevistas que hacía Manuel Antonio Rico que por entonces presentaba el informativo matinal.
Al margen de la anécdota, que en ningún momento es una forma de vanalizar lo ocurrido, todo lo contrario, detrás había una preocupación de dimensiones incalculables. Y ese temor sigue activo como los niveles de radioactividad en Prípiat y Chernobil, las dos ciudades más afectadas por la tragedia.
33 años después del accidente nuclear más grave de la historia los datos siguen poniendo los pelos de punta, pese a las 31 víctimas mortales oficiales, se calcula que las muertes ascienden a 93.000. La serie estrenada recientemente por HBO, ‘Chernobyl’, nos ha vuelto a recordar la importancia de utilizar los mejores materiales y a las personas más preparadas para manejar uno de las formas de energía más peligrosa.