Arturo Pérez-Reverte “llora” por la RAE y revive esta vieja polémica gramatical
El escritor y académico de la RAE, Pérez-Reverte, revive una de las mayores polémicas gramaticales de los últimos tiempos
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Las idas y venidas entre el académico y popular escritor Pérez-Reverte con la propia Real Academia de la Española, no son nuevas. En numerosas ocasiones, el creador de personajes tan icónicos de nuestras letras como Alatriste, ha mostrado su disconformidad con algunas de las actualizaciones a las que los académicos someten nuestra lengua. Esta vez, la polémica ha sido resucitada con el adjetivo y adverbio “solo” y la conveniencia de ponerle tilde.
La RAE apuesta por el contexto, Reverte “llora”
Todo comenzaba con la pregunta que un usuario de la red lanzaba a la RAE. A raíz de un titular de prensa, este se preguntaba si “solo” se debería poner con tilde o no, dada la confusión que podría generar.
“Para un joven de entre 16 y 29 años en España, alquilar un piso solo supone de media el 94,4% de su sueldo”, la confusión residen en saber si “solo” actúa como adjetivo, en cuyo caso significaría que los jóvenes alquilan pisos sin compañía, o si, por el contrario, es un adverbio, lo que significaría que únicamente, los jóvenes, utilizan el 94,4% de su sueldo para alquilar un piso.
Por el contexto, resulta incomprensible que “solo” actúe como adverbio, ya que el 94,4% de un salario es su práctica totalidad. Esta es la vía que propone la RAE, analizar el contexto de la frase y discernir si “solo” actúa como adjetivo o adverbio. En este caso, resulta ser un adjetivo.
La confusión persiste
A pesar de que el criterio de la RAE sea correcto, la polémica no es nueva y muchos son los usuarios que siguen con disconformidad los cambios a los que la Academia somete a la lengua española. Entre ellos el mismo Pérez-Reverte que se erige como verso suelto de la institución y responde con ironía a la polémica.
Sea como fuere, el idioma se va actualizando en función de los usos de los hablantes. La RAE apuesta por la tesis de que el español es una lengua viva y bajo ese paraguas justifica los últimos y polémicos cambios en la lengua que, al parecer, no dejan conforme a todos.