FARMACÉUTICA OLOT
Carles Porta: "Maria Àngels Feliu solo me pidió que no le hiciera más daño"
El escritor y periodista Carles Porta reconstruye en su nuevo libro, "La farmacéutica", el secuestro más largo de España por motivos no terroristas, el de la farmacéutica de Olot Maria Àngels Feliu, que pasó 492 días "enterrada viva en un agujero del tamaño de un armario", quien no ha querido colaborar en el libro y sólo pidió al periodista que no le hiciera "más daño".,En un encuentro telemático con medios de comunicación, Porta ha explicado este jueves que, en cierta m
Publicado el - Actualizado
4 min lectura
El escritor y periodista Carles Porta reconstruye en su nuevo libro, "La farmacéutica", el secuestro más largo de España por motivos no terroristas, el de la farmacéutica de Olot Maria Àngels Feliu, que pasó 492 días "enterrada viva en un agujero del tamaño de un armario", quien no ha querido colaborar en el libro y sólo pidió al periodista que no le hiciera "más daño".
En un encuentro telemático con medios de comunicación, Porta ha explicado este jueves que, en cierta manera, el caso, plagado de "errores policiales y judiciales", seguirá vivo con la publicación de la obra, que ofrece, según su autor, por primera vez, "la historia completa desde el punto de vista de la víctima".
Publicado en catalán por La Campana y por Reservoir Books en castellano, la historia se inicia recordando que el 20 de noviembre de 1992 "fue secuestrada Maria Àngels Feliu Bassols, farmacéutica de Olot. Aquella mujer, madre de tres hijos, pasó 16 meses bajo tierra, enterrada viva en un agujero del tamaño de un armario. Compartió el cautiverio con arañas, hormigas, ratas, serpientes y humedad".
Porta, autor de "Fago. Si te dicen que tu hermano es un asesino", ha rastreado ahora todo lo relacionado con el rapto de esta mujer, a partir del sumario y de toda la información generada a lo largo de los años.
Ha reconocido que ha mantenido diferentes conversaciones con ella, pero "no ha querido colaborar, no está contenta con que se publique el libro. Es una persona fantástica, con un sentido del derecho a la información muy grande y que tampoco ha expresado rotundamente que no publique el libro".
"Hablé con ella antes de empezar -ha precisado Porta- y solo me pidió: no me hagas más daño".
El también guionista y director de cine ha sostenido que se trata de un secuestro que le "suena a todo el que tenga una cierta edad", que terminó con la liberación de Feliu el 27 de marzo de 1994, y del que sospecha que "nadie conoce la verdad, porque todavía hay muchas especulaciones. Este es el punto de partida de la obra".
El autor ha defendido que "por primera vez se explica la historia completa desde el punto de vista de la víctima, desde dentro de su garito", destacando el papel de alguien "que representa la persistencia y la resistencia femenina ante la imbecilidad general, con secuestradores y agentes policiales, todos hombres".
A la vez, busca conseguir que se vea a Feliu "como víctima, un reconocimiento que no ha tenido".
"Este libro -ha avanzado su autor- es una especie de 'Fargo' en la Garrotxa, una de las comarcas más peculiares de Cataluña. Es una tragedia con personajes de comedia, en la que todo lo que podía salir mal salió mal".
A su juicio, quien se enfrente a estas páginas verá reflejada la "ineptitud" de los secuestradores y "cómo los investigadores se equivocaron en todo".
El secuestro se ejecutó poco después de las 21.00 horas del 20 de noviembre del año olímpico, cuando un policía local de Olot, Toni Guirado, junto con otro agente, Pep Zambrano, que se suicidó en 1997, y un amigo suyo, Josep Lluís Paz, Pato, esperaron a que Feliu saliera de la farmacia que regentaba y de tomar una copa y la abordaron encapuchados para introducirla en un vehículo.
La llevaron a un zulo sin luz, construido bajo la casa de otro de los secuestradores, Ramon Ullastre, el "malo" de la historia, según Porta, un vigilante municipal residente en Sant Pere de Torelló.
Durante cuatro meses Maria Àngels Feliu estuvo completamente a oscuras hasta que su "carcelero", al que llamaba "Iñaki", pero que en realidad se llama Sebastià Comas, le dio un mechero.
Mujer muy religiosa, Porta ha aseverado que tiene una "memoria prodigiosa" y que recuerda muchos detalles de su cautiverio por el santoral, por ejemplo que fue un día de San Antonio -13 de junio- cuando le entraron unas hormigas en el agujero, teniendo desde entonces fobia a estos insectos.
Dentro de este hoyo no paraba de rezar, quemar insectos con el mechero y, más adelante, completar crucigramas y escuchar la radio sin cesar, especialmente las emisoras de RNE, porque los secuestradores le querían hacer creer que estaba lejos de Cataluña; fuera, según Porta, "todo era un caos".
"La Guardia Civil no acertaba ni una, mientras los secuestradores no sabían cómo cobrar el rescate, de manera que todo eso se puede contar como una novela. Ante esta historia -ha insistido- me sentía con la responsabilidad de contarlo desde el punto de vista de la víctima", señala el autor.
Porta concluye que "en la información del día a día de la época o en programas de televisión de entonces lo único que se hacía era machacar a la víctima".
En cambio, "en este caso no hay nadie que sepa rescatar a esta mujer, una heroína de la que destaca su resistencia, su capacidad de volverse a levantar cada mañana", y deja claro que "tampoco hay ningún enigma, porque sabemos quién lo hizo".