La historia de Blas Ruiz, el heroico español que pudo reinar en Camboya

Es muy posible que nunca haya oído hablar de Blas Ruiz de Hernán González. Le sonará a un nombre sin más, como otro cualquiera. Y lo cierto es que podría tratarse del nombre de un rey de Camboya. Podría, porque nunca lo fue. Lo cual no quiere decir que, en su día, no estuviese cerca de conseguirlo. Muy cerca, de hecho.

Ruiz intentó asaltar el trono del país asiático hasta en dos ocasiones. Todo empezó en 1596, cuando estuvo acompañado por el portugués Diogo Veloso y el también español Juan Juárez de Gallinato. Había conocido al primero en Manila (Filipinas), adonde tanto Ruiz como Veloso habían ido a parar tras algún que otro problema con el rey de Siam (actual Tailandia).

La expedición, compuesta por 40 hombres y avalada por el gobernador de Filipinas (entonces colonia española), tenía una misión clara: guerrear contra el rey de Siam, partidario del monarca rebelde que tenía el poder en Camboya, Ram I. Al llegar allí, los españoles consiguieron acabar con la vida del rey local. Sin embargo, Ruiz y Veloso llegaron antes que Gallinato.

Como la nave de este último se desvió por culpa de una tormenta, llegó más tarde a Camboya. Molesto por el hecho de que sus dos socios no le hubiesen esperado para desarrollar su particular golpe de Estado, Gallinato hizo las paces con los camboyanos y volvió a Filipinas.

El segundo asalto de Ruiz al trono de Camboya

Ruiz y Veloso se quedaron solos y tuvieron que batirse en retirada, pero tenían claro cuál sería su próximo paso: viajar hasta Laos para preparar el regreso al trono de Camboya del rey Prauncar, depuesto en su día y gran instigador de la escaramuza hispanoportuguesa.

Aunque el monarca con el que se alinearon en un principio había fallecido junto a dos de sus hijos, otro de ellos, Satha, estaba preparado para sucederle. Por lo tanto, Ruiz y Veloso volvieron a Camboya para luchar por él y, una vez más, derrocaron al rey de turno, Ram II. En este caso, con la ayuda de japoneses y musulmanes malayos.

Los logros de los dos aventureros y soldados fueron recompensados con un cargo tan importante como el de gobernadores. Ruiz se quedó al frente de la provincia de Treang y Veloso tomó las riendas de Ba Phnom. La felicidad, no obstante, duró poco. Unos refuerzos prometidos y esperados procedentes de Filipinas nunca llegaron y el poder del nuevo rey Satha apenas tuvo entidad debido a sus problemas con la bebida.

Así, el almirante malayo Lacasamana se hizo con el control de la situación y conspiró contra los españoles. Habrían recibido la ayuda de la tripulación de dos barcos procedentes de Filipinas… si el rey no los hubiera alejado de la capital (para lamentarlo después) tras seguir el consejo de Lacasamana. Entre las maniobras de este y las del depuesto Ram II, se produjeron unas cuantas muertes en el fragor de las revueltas. Por supuesto, también las de Blas Ruiz y Diogo Veloso.

Desde 1934, hay un monumento en la frontera entre Camboya y Vietnam que recuerda a ambos personajes. En España, poco se sabe de Ruiz. Ha sido un artículo en la revista editada por el Ministerio de Defensa, Ejército, el que le ha puesto de actualidad. Seguro que le conoceríamos mucho más si allá por finales del siglo XVI hubiese logrado convertirse nada menos que en rey. Y, el más difícil todavía, de tierras muy lejanas a las de nuestro país.