Javier Bardem pudo haberse quedado sin Óscar: cuando casi rechaza su papel en 'No es País para Viejos'

El actor español rehusó a hacer el papel que le propusieron los hermanos Coen y fueron los famosos directores los que tuvieron que convencerle

Javier Bardem pudo haberse quedado sin Óscar: cuando casi rechaza su papel en 'No es País para Viejos'

Ana Rumí

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Década 1980, en el oeste de Texas. Cerca de la frontera con México y de Río Grande. Un asesinato por un negocio que ha salido mal, un maletín con dos millones de dólares y un cazador de antílopes que lo encuentra. Error fatal, porque, desde entonces, un asesino a sueldo lo busca para tener ese maletín, y a su vez, el sheriff del lugar.

No, no es una historia real, es el argumento de una de las películas más famosas de los hermanos Coen, que, en pleno 2007, una vez más, revolucionaron la industria cinematográfica.

No es País para Viejos fue nominada a ocho premios Óscar, ganando cuatro, entre ellos, a Mejor Película y Mejor Director. Pero si hubo del que nos alegramos particularmente, fue el de Mejor Actor de Reparto, que fue a caer a las manos de Javier Bardem.

El español interpretó a Anton Chigurh, el asesino a sueldo que buscaba al cazador para recuperar el maletín con los dos millones de dólares. Su peculiar corte de pelo a “lo tazón”, sus pocas palabras, su moneda decisiva, y su inconfundible pistola de aire, han hecho de él un villano icónico del séptimo arte.

Javier Bardem, Ethan y Joel Coen en los Óscar de 2008

De hecho, es tan característico y tan bien perfilado, que cuesta imaginar al sádico asesino en la piel de otro que no fuera Javier Bardem. Algo que pudo haber ocurrido perfectamente, teniendo en cuenta que el actor estuvo a punto de rechazar la oferta de los Coen.

Las razones de Bardem para intentar rechazar el papel

Si has visto esta película de los hermanos Coen, sabrás, de sobra, que el papel que interpreta Javier Bardem es magistral. Porque, claro, encarnar a un psicópata valiéndose prácticamente de sus expresiones y gestos (apenas cruza palabras en la película) y ser aterrador, es algo bastante complicado.

Aunque quedó más que claro que solo él podía haber sido Anton Chigurh, especialmente tras recibir el Óscar, el propio Javier Bardem tuvo sus reticencias a la hora de aceptar el papel cuando los Coen se lo ofrecieron.

Y es que los directores querían crear un personaje algo diferente al que había ideado Cormac McCarthy en su novela, y pensaron en el español porque podía interpretar al psicópata perfectamente pero parecer “que había venido de Marte”.

Contactaron con Bardem y fue claro en su respuesta: no tenía intención de interpretarlo. “Mira, creo que no soy el actor indicado. No conduzco, no hablo bien inglés y odio la violencia” contestó el actor a los directores.

“Por eso te hemos llamado, porque no sabes hacer ninguna de esas cosas” le respondieron entre risas los Coen. Claro, quién está, siquiera, en posición de rechazar a tremendos directores. Aunque seguía algo inseguro, cuando se enteró de que su personaje llevaría un corte de pelo peculiar, supo que el papel era para él.

Javier Bardemn en su papel de Anton Chigurh en No es País para Viejos

O sea, no solo le convencieron los inefables Coen, sino su idea física del personaje. De nuevo, una maestría. “Dije, son los Coen, tengo que intentarlo” explicaba el actor en una entrevista.

“Fui a Nuevo México, me senté en la caravana de maquillaje, y me enseñaron la foto de un hombre con ese peinado en un burdel de los años 50...Dije, '¿qué quiere decir esto? Y me dijeron, 'queremos que estés así'” explicaba en una entrevista con Vanity Fair años más tarde.

Tras unas pruebas con el peluquero y cortarle el pelo para quedar exactamente así, Javier Bardem lo tuvo claro: “Cuando lo vi dije: 'tengo que hacer esta película'” decía entre risas. “Es un look tan de los hermanos Coen, era divertido, era ridículo y gracioso, y si eso lo contraponemos a cómo es el personaje, forma un personaje buenísimo al estilo de los hermanos Coen” contaba.

Una película difícil de grabar para el actor

El propio Javier Bardem reconocía que, aunque se sentía inseguro en un primer momento, era todo un sueño poder trabajar con los hermanos Coen.

Porque sí, ellos son maestros del cine y saben perfectamente lo que hacen. Por eso, Bardem, confió en su criterio. “Hicimos solo un par de tomas y ya está. Yo pensé, '¿de verdad? ¿Después de meses de preparación y se acaba?' Estaba muy inseguro pero, son los Coen, saben lo que hacen” explicaba en referencia a la escena de la gasolinera.

Inseguro o no, el papel lo clavó. Pero eso no es todo, porque, en una entrevista más tarde, confesó que, cuando rodaron, estaba pasando por un mal momento personal.

“Estaba destrozado. Quería estar con mi madre, con mis amigos, cerca de la gente que me quiere. [Pensaba] 'Aquí estoy, interpretando a este tipo tan horrible'. Además de sentirme un desgraciado, tenía que llevar ese corte de pelo durante tres meses” admitía en una entrevista con GQ más tarde.

Y aunque él no terminase de verse en el papel, No es País para Viejos le reportó una de sus mayores alegrías en toda su vida: su primer Óscar y su consolidación en Hollywood como actor. Sin duda, no será el único que reciba.

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