Leopoldo Calvo-Sotelo, el presidente más desconocido y breve de la democracia

Su investidura estuvo protagonizada por el intento de golpe de Estado del 23-F

Leopoldo Calvo-Sotelo, el presidente más desconocido y breve de la democracia

Jaime Cervera

Publicado el - Actualizado

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Tal día como hoy, 25 de febrero, Leopoldo Calvo-Sotelo era nombrado presidente del Gobierno en sustitución de Adolfo Suárez tras la que será siempre la sesión de investidura más accidentada de la historia de España. De hecho, decir “accidentada” es todo un eufemismo, ya que el motivo del retraso de su confirmación en el puesto fue nada menos que interrupción de la votación de investidura por el intento de golpe de Estado del 23-F, liderado por Antonio Tejero.

Calvo-Sotelo era sobrino de José Calvo-Sotelo, político de la CEDA durante la Segunda República asesinado por pistoleros de izquierda. Llegó a la jefatura del Ejecutivo después de la dimisión de un Adolfo Suárez acosado por los problemas del país y, sobre todo, por las divisiones internas en su partido, la Unión de Centro Democrático (UCD).

El político madrileño ocupó el palacio de La Moncloa algo menos de dos años, de febrero de 1981 a diciembre de 1982, cuando Felipe González logró la mayoría absoluta más holgada de la democracia española posterior a la Transición.

Algunos de los grandes hitos de su mandato fueron la aprobación de la ley del divorcio (que empezó a tramitarse durante la etapa suarista), la finalización del mapa de las autonomías o el abandono del águila de San Juan de la bandera nacional.

Pero sin duda lo más destacado de su gestión fue la firma de la entrada de España en la OTAN, en diciembre de 1981. La decisión fue refrendada por los españoles en un plebiscito ya durante la etapa felipista, en 1986.

Calvo-Sotelo, junto a Gutiérrez Mellado y Suárez en la bancada del Gobierno

Calvo-Sotelo, junto a Gutiérrez Mellado y Suárez en la bancada del Gobierno.

Después de La Moncloa

Finalizado su mandato, Calvo-Sotelo no fue el candidato de UCD a las elecciones generales de 1982, sino que la lista de la formación de centro estuvo liderada por Landelino Lavilla. Sin embargo, este dimitió después del descalabro del partido, que sacó solo 11 escaños, por lo que el expresidente quedó como jefe de filas de la ya intrascendente formación.

Tras esta etapa, Calvo-Sotelo puso su mirada en Europa, llegando a ser miembro de la Asamblea del Consejo de Europa, así como eurodiputado hasta 1987. En ese momento se retiró de la política, aunque durante toda su vida siguió vinculado a diversas instituciones culturales.

Leopoldo Calvo-Sotelo falleció en 2008 en su casa de Pozuelo de Alarcón. Su capilla ardiente fue instalada en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso de los Diputados, donde el Rey Juan Carlos I le concedió a título póstumo la Real Orden de Carlos III.

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