El cava no catalán se afianza
Los espumosos valencianos, extremeños, aragoneses y riojanos consolidan ventas en esta campaña de Navidad
Publicado el - Actualizado
2 min lectura
El cava catalán ha sufrido en los últimos años, desde el procés, una caída de ventas en España. De la situación se han beneficiado el resto de productores del país cuya facturación en cambio crece como la espuma. Prevén otra buena campaña de Navidad aunque reconocen que los crecimientos no serán tan elevados como los que se produjeron en 2017. Evitan hablar de cómo se han beneficiado del boicot pero sí admiten que la coyuntura les ha impulsado el negocio y ha permitido dar a conocer la “calidad” de sus cavas.
La producción de cava valenciano ha pasado en pocos años de uno a más de 9 millones de botellas. “En 2019 superaremos esa cifra”, confirma a COPE Emilio Expósito, presidente de la Asociación de Elaboradores de Cava de Requena, la única que puede elaborar espumosos en esta comunidad autónoma. Nos cuenta que estos dos últimos meses del año, noviembre y diciembre, son claves porque “prácticamente se vende el 40% de la producción”. Son optimistas. Fuera de la región sus principales mercados son Andalucía, Madrid y País Vasco. Además señala que prácticamente un tercio del cava valenciano ya se exporta. “Es una cantidad respetable”, señala.
Otro gran productor de cava sigue siendo Extremadura, la zona de Almendralejo. Aquí la producción se acercará este año a los 6 millones de botellas a pesar de las trabas administrativas, del bloqueo para plantar más hectáreas de viñedo. Las ventas se siguen afianzando. “La gente que prueba nuestros cavas repite. Las ventas crecen poco a poco y se están consolidando cada vez más en España y en el extranjero”, asegura Diego Nieto, gerente de Bodegas Romale. Destaca que “cada vez se nos conoce más y se valora más la calidad de nuestro producto”.
El cava aragonés o el riojano también tienen un hueco en el mercado aunque las cifras de producción son sensiblemente inferiores a las de la Comunidad Valenciana o Extremadura. En Aragón por ejemplo se estabilizarán este año en el millón de botellas, gracias a la implantación que tienen sus bodegas en las grandes cadenas de distribución. En La Rioja, con mercados y clientes consolidados, la producción se mantiene en las 700.000 botellas.