La incertidumbre sobre Italia y la mayor tensión procedente de Cataluña encarecen la financiación del Tesoro

El pulso entre Italia y la Unión Europea a cuenta del aumento del déficit público y la creciente tensión entre el Gobierno de Cataluña y el Gobierno central se han dejado notar en la colocación de deuda que ha realizado hoy el Tesoro español. Se ha creado un clima de crispación poco apropiado para animar a los inversores internacionales a tomar posiciones en deuda española. La primera derivada es que se encarecen los costes de financiación del Estado.

Hoy el Tesoro (que somos todos) ha captado algo más de 5.000 millones de euros en títulos a medio y largo plazo.  El rendimiento de los bonos a diez años ha subido del 1,50 al 1,55 por ciento. No es mucho en términos relativos, pero si en términos absolutos ya que las cifras de colocacón son abultadas.

Los bonos a tres años han dejado de mostrar rentabilidad negativa. El Tesoro desde hace meses cobraba a los inversores que colocaban su dinero en estos títulos. En la subasta de hoy el rendimiento ha sido del 0,14 por ciento positivo.  A este plazo el Tesoro ha colocado hoy más de 2.700 millones de euros.

Por su parte, los títulos ligados a la inflación con vencimiento en el año 2023 han visto cómo se reducía su rentabilidad negativa, del menos 0,75 al menos 0,72 por ciento. El Tesoro cobra algo menos a los ahorradores que colocan sus dineros en estos bonos.   La conclusión es que España tiene gran lastre derivado de su excesivo endeudamiento, pero de momento  no tiene problemas a la hora de encontrar financiación cuando acude a los mercados. 

Parte del dinero internacional se refugia en deuda alemana y parte en bonos de Estados Unidos, cuya rentabilidad alcanza ya el 3,2 por ciento. No se veía un nivel tan elevado desde hace algo más de siete años. Por su parte, la deuda alemana rinde ya un 0,54 por cietno, su nivel más alto desde la pasada primavera. La prima de reisgo de Italia vuelve a empeorar, supera los 280 puntos, la de España se reduce a 104, pero con un repunte del tipo de interés de la deuda a diez años que alcanza el 1,56 por ciento.