Qué falla en los Servicios Públicos de Empleo incapaces de dar solución a 3 millones de parados

Se destinan 8 mil millones de euros a Políticas Activas de Empleo, pero más de a mitad de este presupuesto va destinado a medidas poco eficientes.

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Claudia Cid te descubre una posible solución al desempleo en España y las razones por las que no se aplica

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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España tiene casi 3 millones de desempleados y una tasa de paro del 12,9%, la peor de la eurozona. Según un estudio de Randstad, ampliar la presencia de empresas de trabajo temporal en España (actualmente hay 239, casi la mitad que en el resto de países de Europa) permitiría sacar de la pobreza a más de un millón de personas. Un problema al que los Servicios Públicos de Empleo deberían dar solución. Pero, ¿por qué no son capaces?

El principal problema es la falta de recursos humanos para gestionar tanto las políticas pasivas, es decir, el cobro y recepción de las prestaciones con desempleo, y las políticas activas de empleo que ayudan a recolocar a los parados. Además, España tiene las tasas de desempleo que tiene, en buena medida porque destinan pocos fondos a estas últimas. Los presupuestos recogen 8 mil millones de euros, una cantidad insuficiente según los expertos. Más de la mitad de esos fondos se destinan a medidas poco eficientes como son los incentivos a la contratación, donde se incluyen subvenciones a la contratación indefinida o la tarifa plana para los autónomos. En COPE hemos hablado con José Ignacio García Pérez, investigador de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada, FEDEA, y experto en política laboral, quien ha afirmado “que esas políticas, hechas en general para toda la población, tienen poca efectividad porque necesitarían ser mucho más personalizadas. Las ayudas a la intermediación laboral, a entender como funciona el mercado,a diseñar el curriculm, a la búsqueda de empleo en general, son políticas mucho más efectivas”.

Una de las políticas activas más eficaces son los diagnósticos individualizados. “Primero hay que clasificar en base a datos objetivos y estadísticos cual es la cartera de demandantes de empleo para así poder tratarlos de manera distinta. Y segundo, diagnosticar de manera personalizada a cada uno”, explica García Pérez. No todos pueden recibir la misma atención. “Los parados de corta duración, con titulación media alta seguramente necesiten una atención mucho más breve y más enfocada en la confección del curriculum, en la atención de las ofertas que le vayan llegando, etcétera. Personal con menos nivel educativo, menos cualificación o que este en sectores en declive necesita una mayor atención y más intensiva en el tiempo”, añade el investigador de FEDEA.

También se destina dinero a los cursos de formación, pero son muy rígidos y no tienen en cuenta las necesidades del mercado, produciendo así un desajuste que hace que coexistan puestos de trabajo vacantes con personas desempleadas. Por eso deberían ir en consonancia con el diagnóstico previo. En base a él, el intermediador debería decidir cual sería el más adecuado para el desempleado.

Al final, la solución pasaría por contratar más personal especializado para así poder atender de manera personalizada a los demandantes de empleo y satisfacer de manera adecuada las necesidades de cada uno.

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