Cabreo en La Moncloa con García-Page por cuestionar en COPE el pacto con Bildu
El barón de Castilla La Mancha denunció en Herrera en COPE las consecuencias para el PSOE de negociar con los herederos de Batasuna
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El hondo malestar ha recorrido este viernes los pasillos del Palacio de La Moncloa al escuchar en 'Herrera en COPE' las denuncias de Emiliano García-Page contra el pacto de Presupuestos Generales del Estado con Bildu y sus derivadas para el PSOE. Un aldabonazo, a todas luces inesperado, que fue recibido entre cercanos a Pedro Sánchez como “fuera de lugar” o “carente de sentido”.
Cúmulo de reproches explicitados en privado contra el presidente de Castilla La Mancha y que, según el entorno presidencial, es atribuible al “nerviosismo” por el absoluto control que sobre el partido ejerce Sánchez y que será ratificado en el 40 Congreso Federal en los primeros meses del próximo año 2021. Aún cuando el jefe del Ejecutivo constató este viernes el clamor en su contra, siendo recibido entre abucheos a su llegada a Pamplona en el marco de su gira autonómica con el reparto de fondos europeos bajo el brazo, los suyos hicieron oídos sordos.
Lejos de asumir el desgarro social ante una entente del Gobierno con Bildu, en La Moncloa de ninguna manera se sintieron penalizados. Llegados a este punto, optaron por dar carta de naturaleza al hecho de haber cruzado una línea roja, ya lo hicieron al aceptar la abstención de la formación abertzale en la investidura de Pedro Sánchez. Pero, ahora, parecen decididos a homologar a los de Arnaldo Otegi como un actor político más, en el marco de juego ordinario, y tratarlos con “normalidad democrática”.
Incorporados con toda fanfarria por Pablo Iglesias a “la dirección del Estado”, en el Gobierno mostraron su disposición a una vuelta de tuerca a su relación con Bildu y defendieron que “sobra ofrecer carácter extraordinario a lo ordinario”. Está por ver, en cualquier caso, cual es su extensión porque los herederos de Batasuna manchan y desgastan. Tanto es así que la interlocución con ellos no descansa en La Moncloa sino que pasa por el Grupo Socialista. Tampoco se encarga la portavoz Adriana Lastra desde el estropicio causado por el pacto sobre la reforma laboral, sino su “número dos” en las Cortes, el secretario general, Rafael Simancas.
A estas alturas, Pedro Sánchez sólo prioriza tener nuevas cuentas públicas para disponer de Legislatura durante los próximos tres años. Como él mismo sostuvo este viernes a su paso por Navarra, parafraseando a un destacado empresario de la región, “cuando uno tiene vocación, se vencen todas las dificultades, y con ellas, te creces”.