¿Cuál de los cuatro vicepresidentes del Gobierno sustituiría a Sánchez si fuese necesario?

El nuevo Gobierno de España será el que cuente con el mayor número de vicepresidentes de nuestra historia: cuatro. Carmen Calvo, Pablo Iglesias, Nadia Calviño y Teresa Ribera estarán inmediatamente por detrás del presidente Pedro Sánchez en cuanto a importancia en el Ejecutivo. Con la mayor cantidad de ‘números dos’ (y de vicepresidentas: tres) entre manos, la pregunta es obligada. ¿Quién tiene más poder y, por tanto, sustituirá a Sánchez si la ocasión lo requiere?

“En los casos de vacante, ausencia o enfermedad, las funciones del presidente del Gobierno serán asumidas por los vicepresidentes, de acuerdo con el correspondiente orden de prelación, y, en defecto de ellos, por los ministros, según el orden de precedencia de los Departamentos”, dice el artículo 13 de la Ley 50/1997, de 27 de noviembre, del Gobierno.

La tarea de sustituir al presidente si le ocurre algo que le impida realizar sus labores recaerá, en este caso, en Carmen Calvo. Será la vicepresidenta primera del Gobierno, encargándose de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática. Por tanto, jugará un papel clave en asuntos tan importantes como la nueva relación con Cataluña.

Calvo controlará la comisión de secretarios y subsecretarios de Estado. Además de la reunión preparatoria del Consejo de Ministros de cada viernes, que la vicepresidenta primera dirigirá en caso de que Sánchez no pueda presidirlo.

Iglesias y Calviño

Pablo Iglesias será el segundo vicepresidente en importancia. La coalición de Gobierno entre el PSOE y Unidas Podemos ha otorgado al líder de esta última formación un poder considerable. Al ser el responsable de Derechos Sociales y Agenda 2030, controlará los Ministerios de Igualdad, Trabajo, Universidades y Consumo. Es decir, todos los que ocuparán miembros de Podemos.

Por su parte, Nadia Calviño contará con la tercera vicepresidencia más importante: Asuntos Económicos y Transformación Digital. La actual ministra de Economía y Empresa volverá a ser la cara más visible de la política económica del nuevo Gobierno, aunque todavía con mayor influencia. De ella dependerá también ganarse la confianza de los empresarios y cumplir con y en Europa. Sin olvidar “el proyecto de digitalización de toda la Administración Pública”.

Ribera, la vicepresidenta de la discordia

“Las transformaciones que necesita la España que nos merecemos” concluyen, en lo que a las vicepresidencias respecta, con aquellas que atañen a Teresa Ribera. Su nombramiento como vicepresidenta encargada de Transición Ecológica y Reto Demográfico ha supuesto el primer gran cisma del bipartito con Podemos.

Nadie contaba con la ministra Ribera, que tendrá como gran reto la aprobación de una Ley de Cambio Climático y Transición Justa. Con la decisión de otorgarle mayor importancia, Sánchez quiere mostrar que tanto los compromisos medioambientales como los ruegos de la España vaciada son prioritarios para este Gobierno.

Sin embargo, esas competencias y empoderamiento de Ribera han pasado a un segundo plano por el enfado que su vicepresidencia ha causado en Podemos. El pacto de coordinación que se había firmado con el PSOE ha saltado por los aires nada más ser estrenado: ni siquiera Pablo Iglesias sabía que iba a haber cuatro vicepresidentes.

Así, el líder de la formación morada ve más diluido de lo que creía su poder como vicepresidente, ya que sólo contaba con Calvo y Calviño como compañeras. A pesar de que sólo la vicepresidenta primera tendrá más peso que Iglesias, la coalición de Gobierno progresista arranca con polémica.