El Gobierno se vuelca con Álvaro García Ortiz tras la entrevista de Miguel Ángel Rodríguez con Carlos Herrera

La tensión política ha alcanzado nuevos niveles tras la entrevista protagonizada por Miguel Ángel Rodríguez, jefe de gabinete de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en el programa Herrera en COPE. En ella, Rodríguez no solo defendió la honorabilidad de su jefe, sino que lanzó duras acusaciones contra el actual Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, generando un auténtico terremoto en la política española.

Ricardo Rodríguez informa sobre el malestar creciente dentro del Gobierno ante las revelaciones de MAR. Según ha detallado, el Ejecutivo ha reaccionado con furia ante las declaraciones del jefe de gabinete de Ayuso, cuya aparición en la COPE ha desatado una serie de reproches y acusaciones. El PSOE, que hasta ahora se había mantenido en una posición expectante, ha puesto todos sus esfuerzos en contrarrestar las palabras de Miguel Ángel Rodríguez y dar la vuelta al caso del Fiscal General, cuya figura ahora se encuentra en el centro de un nuevo episodio de tensiones políticas.

Ricardo Rodríguez sostiene que el Gobierno estallaba en cólera por la presencia de Miguel Ángel Rodríguez en Herrera en COPE, subrayando la estrategia que ha seguido el Ejecutivo para elevar públicamente el tono en defensa de García Ortiz. Esta estrategia ha sido ejemplificada por las duras palabras de Óscar Puente, portavoz del PSOE, quien calificó de "gravísimo e inconcebible" el papel de Rodríguez, llegando incluso a acusarle de ser un "delincuente". De acuerdo con Rodríguez, este fue solo el inicio de una escalada verbal que refleja la gravedad con la que el Gobierno socialista afronta el escándalo.

El propio Ejecutivo, en voz de algunos de sus miembros, ha insistido en que las acusaciones de MAR carecen de fundamento. "Álvaro García Ortiz perseguía el delito", aseguran desde el entorno de Pedro Sánchez, defendiendo que la causa que involucra al Fiscal General caerá por su propio peso y finalmente será archivada. Sin embargo, la situación ha dejado al Gobierno ante un dilema, ya que la imputación de García Ortiz ha llevado a un enfrentamiento con el Tribunal Supremo, algo que, según los socialistas, refleja una creciente desconfianza en el poder judicial y especialmente en la relación entre los jueces y la presidenta madrileña.

Las acusaciones de Miguel Ángel Rodríguez

En la citada entrevista, Miguel Ángel Rodríguez no solo defendió a Ayuso, sino que también lanzó acusaciones contundentes sobre el manejo de la Fiscalía General del Estado. Entre las frases más destacadas, el jefe de gabinete de Ayuso expresó que "no se pueden utilizar los expedientes para el ataque político", refiriéndose a la filtración de un expediente relacionado con un supuesto escándalo fiscal del novio de la presidenta madrileña, Alberto González Amador. Según MAR, la filtración fue orquestada desde la Fiscalía y fue posteriormente utilizada en un ataque político desde el Gobierno central.

Además, MAR fue tajante al asegurar que "el FGE ha recibido órdenes", refiriéndose a la supuesta intervención del Gobierno de Pedro Sánchez en el caso. "Sánchez está haciendo lo imposible para salpicar a Ayuso", aseveró. Para Miguel Ángel Rodríguez, las filtraciones y el trato del Fiscal General son parte de un plan para deslegitimar a la presidenta madrileña y su entorno. En este sentido, la figura de González Amador, que en su opinión ha sido injustamente perseguida, se convirtió en un punto de defensa en el que hizo hincapié en que no hay pruebas de culpabilidad, señalando que "el Fiscal dijo que se podía llegar a un acuerdo".

Rodríguez también reaccionó con vehemencia a las declaraciones del ministro Félix Bolaños, quien había cuestionado el supuesto "tren de vida" de Ayuso, insinuando posibles irregularidades económicas. A esta acusación, Rodríguez respondió que tales comentarios solo merecían una respuesta: "Me gusta la fruta", una frase que, según él, resumía la indignación por los ataques sin fundamento a la presidenta madrileña.

Las declaraciones de Rodríguez han puesto de manifiesto la creciente confrontación entre el Gobierno y la Fiscalía, una batalla que, según Ricardo Rodríguez, podría tener consecuencias imprevisibles. El Ejecutivo socialista, consciente de la importancia del caso, ha optado por mantener una postura firme en su defensa de la figura del Fiscal General, pero a la vez, busca dar un giro a la narrativa en torno a la imputación, trasladando la atención hacia Ayuso y su entorno.