"Si los impuestos a los alimentos insanos no se usan para abaratar los sanos, la finalidad es recaudatoria"

La propuesta del ministro Alberto Garzón de regular el mercado de la "comida basura" a través de una subida de impuestos y de un nuevo sistema de etiquetado de productos ha provocado muchas dudas entre los consumidores y la industria alimentaria.

Miguel Ángel Martínez es catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra y catedrático del Departamento de Nutrición de la Universidad de Harvard. Martínez ha dedicado toda su vida académica a defender una nutrición sana, en especial convirtiéndose en un paladín de la dieta mediterránea. Esto le ha llevado a rechazar en numerosas ocasiones alimentos como la carne procesada (hamburguesas y salchichas), las patatas fritas industriales o las bebidas azucaradas.

El profesor se muestra en general de acuerdo con el proyecto del Gobierno, ya que "siempre es bueno tomar medidas estructurales" que ayuden a los consumidores a comer más sano. En cuanto al etiquetado de productos, Martínez afirma que es "una iniciativa interesante". Eso sí, matiza que existen algunos alimentos, como el aceite de oliva, a los que habría que dotar de un "carácter diferenciado". "El aceite de oliva, aunque es 100% grasa, debería tener la clasificación más sana".

Con respecto a una potencial subida de impuestos, el profesor Martínez tiene más reservas. "Aquí hay dos posibilidades. Una, que esos impuestos que se le aplican a los alimentos insanos se usen para abaratar los alimentos sanos, como el aceite de oliva, los frutos secos, la fruta, la verdura o las legumbres. Si se usan para eso, claramente se verá que esto se hace por motivos de salud pública". Ahora bien, advierte Martínez, "si se ponen impuestos a una serie de alimentos y no se usan para abaratar otros que son sanos, la finalidad es recaudadora y se pone la salud como excusa para recaudar más".