Los otros asesores que susurran al Gobierno
Trazar una estrategia de comunicación al frente de un Gabinete es un trabajo de alquimia política
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Entre las tareas constantes de los políticos se encuentra la de ‘convencer’. Erigir ideas, envolverlas de argumentos y enarbolarlas con una imagen pública excelsa para seducir al votante. Todos los días, ante cualquier contexto, el político juega una partida de ajedrez frente a la opinión pública que será primordial en su evaluación en encuestas y, finalmente, en los resultados en las urnas.
Un juego, el de convencer al electorado, adscrito a una colosal estrategia marketiniana concebida por unos asesores que han convertido su misión en una auténtica cruzada por el poder. La meta es incuestionable: acabar con el contrario y alzarse con la victoria gracias –en gran parte– a una agresividad mediática y un control efectivo de los medios y la Agenda Setting.
Trazar esta estrategia es un trabajo de alquimia política sobre el que todos los partidos políticos y Gobiernos suelen coincidir en una cuestión: ocultar a quienes despliegan ese rol como asesores. Mantener en el anonimato las voces que se alzan tras los innumerables mítines, entrevistas o debates que construyen ese argumento que consigue seducir al votante.
Algunos nombres, sin embargo, llegan a ser conocidos porque ocupan un cargo destacado, como puede ser el de jefe de gabinete. Es entonces cuando esta metamorfosis política puede llegar a amenazar la superioridad estratégica de su cliente.
Uno de los hombres que mejor ha sabido manejar este nexo entre psicología social y pensamiento político durante los últimos años ha sido Iván Redondo, peón (o dama) indiscutible en la transición de Pedro Sánchez como político defenestrado por su partido a presidente del Gobierno. Tras la victoria ‘sanchista’ y la constitución de una nueva Ejecutiva en el PSOE, Redondo formalizó su relación con el partido a pesar de haber colaborado con anterioridad como asesor del popular Monago.
Después de tres años en los que fue ganando cada vez más poder en Moncloa, y también influencia en el diseño de las estrategias electorales del PSOE, Redondo dejó de ser en julio el principal asesor del jefe del Ejecutivo. Su importante rol tan cercano del presidente generó innumerables recelos en algunos sectores de Ferraz.
El mayor Gobierno de la Democracia en número de Ministerios también lo es en número de asesores
No todos los asesores gozan del mismo peso o de esta fama inusitada hasta la fecha en la política española. El Gobierno de Pedro Sánchez, con un total de 22 ministerios, es el más numeroso de la democracia. El Ejecutivo de coalición formado por PSOE y Unidas Podemos también ha alcanzado máximos históricos en la contratación de personal de confianza, es decir, de asesores.
El Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos cuenta con cerca de 800 eventuales, personal contratado a dedo por los propios políticos que no necesitan superar ninguna oposición ni prueba para desempeñar el puesto.
El presidente Aznar llegó a contar con 460 asesores; Zapatero, que hasta ahora era el presidente que más asesores había contratado, alcanzó los 648; y durante los mandatos del expresidente Rajoy fueron un total de 599 personas de confianza.
En muchas ocasiones, los partidos suelen ‘colocar’ a algunos de sus más fieles afines que en distintas carreras electorales no consiguieron representación en parlamentos autonómicos, ayuntamientos o en el mismo Congreso.
En este sentido destacan los socialistas María José Villalba Chavarría, cabeza de lista por Teruel al Senado; Soraya Mata Martínez, cuarta por Almería; o José Antonio Hidalgo, décimo de la candidatura de Susana Díaz por Sevilla en las últimas autonómicas.
En Presidencia del Gobierno, coinciden como asesores –además de varios excandidatos– exalcaldes y exdiputados regionales. Son Sergio Bueno Illescas, exalcalde de Santa Fé (Granada); Ana Milagros Cuevas cuyo pasado político se resume a la consejería de Agricultura de Castilla-La Mancha; o la murciana Presentación López Piñero, exdiputada de la Asamblea Regional.
Podemos también se ha sumado a esta práctica de ‘agradecimiento partidista’. Por su parte destacan nombres como los de Jorge Uxó, economista y cabeza de lista por Ciudad Real; Ángela Rodríguez Martínez, segunda por Pontevedra; o María Teresa Arévalo, cabeza de lista por Toledo.
Los ‘asesores’ de los expresidentes
La carrera pública de un expresidente no acaba con su salida de Moncloa. Su participación en el devenir de su partido, la intervención en conferencias y encuentros con los medios de comunicación o con representantes de la sociedad civil suelen marcar una agenda política muy activa.
Por esto, también los expresidentes tienen asesores. En el caso de José Luis Rodríguez Zapatero, es su primo José Miguel Vidal Zapatero quien sigue colaborando con el expresidente como cuando lideraba el Gobierno.
José María Aznar tuvo como asesor a Pablo Casado hasta 2011. Al actual presidente del partido le sustituyó Germán Alcayde, otro político con carrera en Nuevas Generaciones y amigo de Casado. En su caso, estuvo en la línea de Aznar hasta el año 2015. Amalia Agero, que venía de FAES y que sigue en el cargo, cogió el relevo de Alcayde.