Los Presupuestos se ratifican como gran quebradero de cabeza del Gobierno: así han sido sus siete prórrogas
No hay Ejecutivo democrático en España que no haya tenido problemas, en una o varias ocasiones, con las cuentas públicas
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El gran tema de conversación de la política española más allá del coronavirus tiene, en estos momentos, nombre y apellidos claros: los Presupuestos Generales del Estado. El Gobierno se ha lanzado a la negociación de los mismos a contrarreloj, con el 31 de diciembre ya no tan lejano. Hay que alcanzar un acuerdo, porque el 'debe' de arrastrar aún la última dotación presupuestaria de la era Montoro cada vez es más acuciante y preocupante.
Sin embargo, esta no es la única vez en democracia que la aprobación de unos nuevos Presupuestos Generales del Estado queda retrasada. En España, ha habido hasta siete ocasiones, si tenemos en cuenta la actual, en las que se ha incumplido el plazo legal para presentarlos. Se trata de un 'mal' que ha asolado al Ejecutivo en todas sus versiones desde 1978. Sin excepción.
1979
Adolfo Suárez tuvo que alargar la vida útil de los Presupuestos de 1978 (vigentes desde enero de ese año) con motivo de las primeras elecciones constitucionales del país, en 1979. Hasta que no hubo nuevo Gobierno (otra vez liderado por UCD), no se aprobaron los siguientes, ya que las Cortes quedaron disueltas.
Por tanto, hubo que esperar hasta el 19 de julio del 79 (cuatro meses desde los comicios generales) para tener los Presupuestos del año en curso.
1982
Las elecciones volvieron a causar la prórroga de unos Presupuestos. En este caso, los previstos para 1982. Al Gobierno presidido entonces por Leopoldo Calvo-Sotelo no le dio tiempo a aprobar unos nuevos a tiempo, con motivo de la cita con las urnas prevista para octubre. De ahí que los Presupuestos Generales del Estado aprobados el 26 de diciembre del 81 aguantasen en liza hasta nada menos que el 13 de julio de 1983.
1990
Con Felipe González y el PSOE más que habituados ya a gobernar el país, las elecciones volvieron a ejercer de barrera en el camino de los Presupuestos Generales del Estado. Los aprobados el 28 de diciembre de 1988 aguantaron en vigor hasta el 29 de junio de 1990, debido a las presidenciales de octubre de 1989. Una vez más, la Cámara no pudo tener voz ni voto con respecto a este asunto ante la necesidad de tener que ser disuelta.
1996
Esta prórroga en cuestión marcó un antes y un después. Con González ya en sus últimos meses al frente del país, el Congreso enmendó a la totalidad las cuentas previstas para 1996. Destacó, sobre todo, el rechazo de PP, Izquierda Unida y CiU.
Ante la excepcionalidad de que el proyecto de Presupuestos fuese devuelto al Gobierno por primera vez en la historia, el Ejecutivo socialista tuvo que recurrir a un adelanto electoral. Ya con el PP y José María Aznar en el poder, los Presupuestos de 1995 (en vigor desde el 30 de diciembre de 1994) quedaron sustituidos por los de 1997 dos años después (30 de diciembre de 1996).
2012
Al tener que adelantar las elecciones generales a noviembre de 2011, el Gobierno del PSOE y José Luis Rodríguez Zapatero anunció que no elaboraría los Presupuestos de 2012. Sería ya el nuevo Ejecutivo del PP, encabezado por Mariano Rajoy, el que los aprobaría el 29 de junio de ese año: sustituyeron a unas cuentas públicas que sobrevivían desde el 22 de diciembre de 2010.
2017
Los problemas a la hora de formar Gobierno tras las elecciones de 2015 (con nuevos comicios en 2016) llevaron a que las cuentas del año siguiente quedasen prorrogadas. Presentados con premura (julio de 2015, aunque entraron en vigor el 1 de enero de 2016), los Presupuestos no quedaron suplidos hasta el 27 de junio de 2017.
2018
Rajoy volvió a tener contratiempos con los Presupuestos poco después de resolver el anterior entuerto en materia. El soberanismo catalán, con referéndum incluido el 1 de octubre de 2017, llevó a que se aplazase la tramitación de las nuevas cuentas públicas.
El nacionalismo complicó la situación por partida doble, ya que la oposición del PNV a los Presupuestos tampoco ayudó a que la prórroga de los de 2017 durase menos. Al final, no hubo partida presupuestaria nueva hasta el 5 de julio de 2018, ya con Pedro Sánchez y el PSOE en Moncloa.
Son estos Presupuestos los que continúan en vigor a día de hoy en España. Aunque el Ejecutivo socialista planteó unos nuevos de cara a 2019, el Congreso los rechazó en febrero de aquel año (las enmiendas a la totalidad de PP, Ciudadanos, ERC, PDeCAT, Coalición Canaria y Foro Asturias salieron adelante). Lo cual provocó, como en otras ocasiones, un adelanto electoral.
Al concluir las elecciones tanto de abril como de noviembre con un Gobierno en funciones, se careció de fuerza y legitimidad para maniobrar con los Presupuestos: tocaba mantener la prórroga de las cuentas de 2018. Así pues, estas rigen desde hace más de dos años, con todavía mayor retraso acumulado para los números futuros, a buen seguro, debido a la pandemia.
Ciudadanos y el PNV parecen los aliados más probables que encontrará el Ejecutivo a la hora de cerrar unos Presupuestos Generales del Estado para 2021. Aun así, seguro que todavía queda alguna que otra ida y venida a la que asistir con uno de los asuntos, como hemos podido comprobar, más peliagudos de cada legislatura.