El PSOE no puede garantizar que Pedro Sánchez salga indemne de la bomba de Víctor de Aldama: "Esto nos tumba"
"Que sigue la legislatura", inciden con rotundidad en la sala de máquinas, "no está en duda" y desde La Moncloa buscan la contención y llaman a fijarse en que los socios, con sus dificultades, aguantan
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Las recientes acusaciones de Víctor de Aldama han impactado al PSOE con una fuerza inesperada, generando una gran incertidumbre en sus filas, y poniendo en tela de juicio la estabilidad tanto del partido como del gobierno de Pedro Sánchez.
La denuncia de Víctor De Aldama, quien ha sido señalado como uno de los presuntos cabecillas de una trama que involucra a diversos actores políticos y empresariales, ha desatado una ola de preocupación dentro de las estructuras del PSOE. En especial, ha puesto en evidencia las vulnerabilidades de Pedro Sánchez, quien, aunque ha tratado de restarle importancia al asunto, se ve obligado a afrontar lo que muchos en el partido consideran una prueba difícil de sortear.
Según la información de Ricardo Rodríguez, la acusación ha caído como una bomba en el PSOE, cuyas repercusiones no solo afectan al partido, sino también al propio Sánchez y a su círculo cercano, incluyendo a su esposa. En medio de esta crisis, desde La Moncloa se hace un esfuerzo por transmitir calma y seguridad, destacando que, a pesar de las dificultades internas y externas, la legislatura sigue adelante y no está en duda.
"Que sigue la legislatura", insisten con firmeza desde el entorno del presidente, "no está en duda", para tratar de frenar el impacto de las acusaciones, al tiempo que recalcan que los socios del gobierno, pese a sus propios problemas, siguen manteniendo su apoyo.
la bomba de Víctor de Aldama
Sin embargo, el ambiente en el PSOE es todo lo contrario a la calma. En las entrañas del partido, la ansiedad se ha disparado. Dirigentes socialistas expresan, en privado, que la situación es crítica y advierten que este escándalo puede ser el detonante de un colapso.
"Esto nos tumba", aseguran algunos miembros del partido, evidenciando el miedo a que el desgaste generado por el escándalo sea demasiado grande para manejarlo, especialmente con la presión de los medios de comunicación y la oposición.
A pesar de la contención que se intenta imponer desde el núcleo del gobierno, la sensación de inseguridad crece dentro del PSOE. Aunque se insista en que la legislatura continuará, sin cambios en su rumbo, no todos los miembros del partido están convencidos de que podrán salir indemnes de este golpe.
Las acusaciones de De Aldama no solo han tocado a los miembros más cercanos a Sánchez, sino que también han extendido su sombra a la figura del presidente, algo que no se puede minimizar.
Pedro Sánchez
El PSOE se enfrenta, pues, a uno de los momentos más delicados de su historia reciente. El desgaste institucional y la falta de certezas en torno a las repercusiones legales y políticas del caso De Aldama podrían comprometer la estabilidad tanto del gobierno como de la propia estructura del partido.
Con el futuro político de Sánchez pendiendo de un hilo, el PSOE deberá afrontar en las próximas semanas si será capaz de mantener el rumbo, o si este escándalo será el principio del fin de su liderazgo.