La reverencia de Iván Redondo a Torra y otros gestos de la 'cumbre' Sánchez-Torra
La mano derecha del presidente del Gobierno ha sorprendo con una inclinación de cabeza en su saludo al presidente de la Generalitat
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La expectación creada por la reunión del presidente catalán, Quim Torra, con el jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, era grande. Por eso los gestos de este encuentro se han medido al mílimetro.
De entrada, para dar el máximo rango institucional al encuentro, Torra recibía a Sánchez a las puertas del Palau, en la plaza Sant Jaume de Barcelona, con una formación de gala de los Mossos d'Esquadra, a la que tras un apretón de manos y los saludos de cortesía, han pasado revista. Bajo sus pies, una gran alfombra roja.
En las solapas de sus trajes cada uno lucía un símbolo. Torra como era de esperar, llevaba un pin con el lazo amarillo que reivindica la liberación de los políticos catalanes encarcelados. Sánchez, al igual que ha hecho en otras ocasiones, elegía un símbolo multicolor que hace referencia a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, concretamente a la Agenda 2030 de la ONU.
La sorpresa llegaba de la mano de Iván Redondo, jefe de Gabinete y mano derecha de Sánchez. Al saludo del president a la comitiva, Redondo respondía con un apretón de manos acompañado de hasta dos reverencias con la cabeza que no han tardado en hacerse virales en las redes sociales.
En la galería gótica del Palau, ambos han vuelto a protagonizar un apretón de manos ante los medios, antes de entrar en el despacho presidencial para dar inicio a la reunión.
Otro de los gestos de la jornada venía de la mano del propio Torra, quien regalaba al jefe del Ejecutivo dos libros -uno en inglés y otro en catalán- que abordan cuestiones como los derechos humanos y la libertad.
En concreto se trata de "Inventing human rights", de Lynn Hunt, y "Llibertat i sentit", de Lluís Solà.
La obra de Hunt narraría, a través de la historia, la aparición y desarrollo de los derechos humanos, desde sus raíces conceptuales en la ilustración hasta la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948.
Por su parte, la obra de Solà reflexiona sobre cuestiones como "el sentido y valor de la libertad, de la justicia, del amor y del arte", entre otros.