El Gobierno se tensa para dar cobertura legal a Sánchez con los indultos
El presidente llevará en mano al Consejo de Ministros los expedientes de los líderes del "procés"
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Intramuros de La Moncloa respiran aliviados. En cuestión de semanas han pasado de una sensación de cerco a un Pedro Sánchez claramente a la ofensiva. Sus guionistas han sabido manejar con habilidad los resortes a su alcance para marcar la pauta con una campaña de “pedagogía”, como la llaman los suyos, en el intento de atenuar la resistencia de una opinión pública mayoritariamente opuesta a los indultos. La impresión de haber avanzado camino se extiende en el Gobierno tras optar por un debate intencionadamente largo.
El propio Sánchez ha redoblado sus esfuerzos con una estrategia de lluvia fina como el arma para combatir el desgaste. Para ello, ha solemnizado la voluntad de “reparar un desgarro emocional”, ha trasladado “comprensión” con la sociedad en contra, ha pedido “confianza”, incluso “magnanimidad”, y sobre todo, ha reforzado el mensaje de que las medidas de gracia atienden “el interés general” con el objetivo de construir “convivencia”. Todo ello fruto, como reveló la Cadena COPE el pasado 23 de mayo, de intensos preparativos en el núcleo duro de Sánchez para resistir ante la tormenta política que se desencadenaría sin cuartel.
Para el Gabinete, siempre son tan importantes las palabras como las puestas en escena. Y, por eso, con los perdones camino del Consejo de Ministros de este martes, el entorno presidencial ha otorgado total trascendencia al acto protagonizado este lunes por Sánchez desde un lugar con tanta carga simbólica como el Gran Teatro del Liceu de Barcelona, ante 300 invitados entre representantes institucionales, de la política, de organizaciones empresariales y sindicales, asociaciones civiles catalanas y profesionales de distintos sectores. Con señal realizada por la factoría audiovisual gubernamental, Sánchez despliega una conferencia titulada “Reencuentro: un proyecto de futuro para toda España”. Los mensajes nunca son gratuitos en La Moncloa.
Pedro Sánchez vuelve a demostrar así el respeto que le merecen las Cortes a las que solamente acudirá, a petición propia, el próximo 30 de junio, una semana antes de lo inicialmente previsto, para rendir cuenta de los dos últimos Consejos Europeos, “así como de la situación política y económica”.
La concesión de los indultos, evidentemente, va a copar la sesión plenaria. La determinación del Presidente de jugar la carta de la “valentía y generosidad”, como sostiene su entorno, es tan inequívoca que tirará de su potestad para llevar él mismo en mano los expedientes de los líderes del "procés" hasta el Consejo de Ministros, sin pasar por la Comisión General de Secretarios de Estado y Subsecretarios, el órgano encargado de decidir los asuntos a tratar. En otras palabras, Sánchez asume en primera persona la decisión.
El Gobierno ha venido afanándose en ultimar los detalles de los distintos expedientes de los separatistas condenados por el 1-O, puesto que en estos días han existido flecos que concretar y distintas discrepancias por disipar. De hecho, ha habido diferencias sobre el armazón jurídico entre La Moncloa, con la vicepresidenta Carmen Calvo a la cabeza, y el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo.
El riesgo de un futurible varapalo del Tribunal Supremo una vez deba resolver sobre los ya anunciados recursos en contra de las medidas de gracia ha tensado al Ejecutivo. Curándose en salud, una labor “escrupulosa”, con “máximas cautelas”, ha sido imprescindible en Justicia junto a Presidencia del Gobierno y la abogacía del Estado. Un revolcón judicial, a la postre, sería insuperable. Hasta para Pedro Sánchez.