Sin micrófonos |Sánchez, año I: El giro “bloquea” a Iceta

Los líderes del PSOE y del PSC fueron de la mano para imponer las bases al aparato. El resultado de las primarias fue inapelable. Un año después, los movimientos de uno y de otro han evidenciado las dos almas que conviven en las siglas

Conoce la parte desconocida de Miquel Iceta, invitado de 'Herrera en COPE'

Ricardo Rodríguez

Publicado el - Actualizado

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Ferraz ha adoptado un perfil bajo para celebrar el aniversario del regreso de Pedro Sánchez a lomos de la militancia. Las heridas abiertas en la cruenta batalla interna por el Poder desplegada contra Susana Díaz y gran parte de los barones han podido dejar de sangrar, pero, “a pesar de los esfuerzos desplegados por el secretario general”, según insiste siempre su entorno, el gran reto de recomponer la unidad sigue siendo una asignatura pendiente.

La “segunda vida” de Sánchez, tal y como él mismo gusta definirla, parecía que iba a asentarse en tentaciones populistas, la confluencia con Podemos, el rechazo absoluto al PP – el “no es no” a la investidura de Mariano Rajoy - o apuestas tales como la “España plurinacional” o la “nación de naciones”. Pero el desafío secesionista en Cataluña cambió el tablero político. El guión de Pedro Sánchez quedó entonces aplazado sine die. El secretario general comprendió que tenía ante sí la oportunidad de demostrar su talla de hombre de Estado.

Al igual que durante aquellas primarias, Pedro Sánchez ha recorrido el camino de la crisis catalana de la mano de Miquel Iceta hasta llegar al 21-D, una cita electoral nacida de la concertación con Mariano Rajoy en la defensa de la legalidad. Sin embargo, el transcurso de los meses y la llegada de Quim Torra al frente de la Generalitat han sacado a relucir las dos almas que conviven en el binomio PSOE-PSC.

Las posiciones de Sánchez e Iceta han dejado de ser las mismas. La contundencia del secretario general del PSOE en el mantenimiento sin tapujos del artículo 155 y la crítica con dureza del bloque independentista, llegando a comparar a Torra con Le Pen, ha contrastado con la condescendencia del primer secretario del PSC, sus reiteradas manos tendidas al presidente catalán, incluso con coqueteos tales como apenas considerar “un error”, pero en ningún caso una ilegalidad, la designación de presos como consellers. Una evidente fisura entre dos partidos hermanos.

Otra más, porque Iceta ha respaldado también la toma de posesión de Quim Torra, siendo calificada de “impecable” desde las filas del socialismo catalán. Una ceremonia pensada por los secesionistas para marcar distancias con la única legitimidad plausible en Democracia, que es la que emana del orden constitucional. Tanto fue así que Sánchez apeló a buscar la fórmula legal en la que en todos los nombramientos acaten la Constitución y respeten al jefe del Estado y la Monarquía. Una propuesta que el secretario general del PSOE lanzó 24 horas después de lanzar la petición de reforma del Código Penal sobre el delito de rebelión.

Ambos anuncios de Pedro Sánchez, a los que debe sumarse en las últimas horas la idea de otra reforma legal para sancionar a políticos racistas, pillaron a todas luces con el pie cambiado a Miquel Iceta y llegaron a ser tachados en el seno del PSC cuanto menos como “inoportunos”. Fuentes de Ferraz, sin embargo, rechazan tal extremo, aseverando que Sánchez e Iceta hablan casi a diario, desde luego lo han hecho en estas últimas jornadas, logrando el secretario general frenar al primer secretario. Y es que en la Ejecutiva Federal reconocen en privado la “difícil” posición del PSC, pero estiman imposible quedarse en “tierra de nadie” en el actual escenario. Esto es, con Torra empeñado en alcanzar su soñada República de Cataluña.

Si algo ha constatado la cúpula es que sus partidarios, especialmente en sus feudos tradicionales, quieren que el PSOE se moje. Sin condescendencias. El principal objetivo de Sánchez es el de devolver a las siglas la relevancia política y social de otros tiempos. Ello se mantiene como la gran asignatura pendiente. Con distintas citas en las urnas a la vuelta de la esquina, las encuestas están lejos de serle halagüeñas. “El primer partido del país se llaman los indecisos”, responde el líder socialista. Partiendo de esa premisa, a sus ojos, “la clave es trabajar con convicción, con determinación, en línea recta” para lograr, de entrada, la condición de “primera fuerza política en las municipales y las europeas”.

Ya sea por pura y dura convicción o por una estrategia defensiva frente al avance de C's que a día de hoy le resta al PSOE más votantes que Podemos, Pedro Sánchez ha interiorizado que las políticas paliativas están lejos de servir en un escenario de riesgo para la Constitución, el Estatuto de autonomía y la unidad nacional. Lejos de abrazar las tesis del PSC, el jefe de filas del PSOE se ha colocado con “contundencia” frente a Quim Torra, en pos de la salvaguarda de “los derechos y libertades de todos los catalanes”.

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