Informe COPE sobre la inmigración: "Integrar hace de la inmigración una oportunidad"
Los principales comunicadores están este jueves 24 de octubre en diferentes puntos de España para dar esta perspectiva sobre un problema que sigue sin abordarse como una política de Estado
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Encontrar soluciones ante los retos que presenta la inmigración y aprovechar lo mucho que pueden aportarnos quienes, por motivos políticos o económicos, llegan a España es tanto una necesidad como una oportunidad. La clave, según refleja este Informe COPE, es la integración de estas personas en nuestra sociedad con una adecuada gestión migratoria que requiere de un Pacto de Estado.
Lejos de abordar las políticas migratorias como un tema en el que establecer un consenso duradero, hoy son motivo de discursos contradictorios e incoherentes tanto por parte del Gobierno como de la oposición. Es también un motivo de confrontación entre los grupos parlamentarios y el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha vuelto a situar este octubre la inmigración en el primer puesto entre las principales preocupaciones de los españoles, la sexta en cuanto a afectación personal.
Puede preocupar la gestión migratoria, que es un reto indudable, pero lo que aportan las personas que llegan a España es cada vez más imprescindible. Así lo recoge el informe COPE “Integrar hace de la inmigración una oportunidad” que forma parte de la acción transversal del grupo destinada al reto de la inmigración con las claves y las historias humanas contadas por los principales comunicadores este jueves 24 en diferentes puntos de España.
¿Es la inmigración nuestro principal problema?
El dato de octubre marca una caída de 2,3 puntos con respecto a septiembre, pero aun así el 28,1 por ciento de los españoles, casi uno de cada 3, sigue situando la inmigración entre sus principales preocupaciones y en sexto lugar en cuanto a afectación personal por detrás de la crisis económica, la sanidad, la vivienda, la calidad del empleo y el paro. Era el quinto problema en septiembre y el octavo en julio.
“En el caso de la inmigración, se ha inoculado, en mi opinión, una preocupación en la población que no obedece a una problemática real, es una problemática que estamos inventando. Esto no quiere decir que la inmigración no contemple problemáticas, aunque yo hablaría más bien de retos. Hay un reto fundamental que tiene que ver con las llegadas, con las acogidas. El reto fundamental es la convivencia y la integración que debe llegar desde el primer momento” explica en COPE Xabier Parra, director de SERCADE, el Servicio Capuchino para el Desarrollo y la Solidaridad.
Considera que “se está utilizando la inmigración y la pobreza como arma arrojadiza y de pelea política. Se quiere sobredimensionar un problema que las cifras dicen que es ficticio en torno a la llegada masiva de migrantes, que no digo que sea poca ni que no sea un reto, pero sí que es ficticio como dimensión de problema para España. Se apela mucho a la cultura, a la tradición, a la religión, incluso como una distancia existente entre personas. Yo creo que es un ejercicio ordenado de querer generar una psicosis que es irreal”.
A juicio de María Miyar, directora de Estudios Sociales de Funcas lo que genera preocupación es la inmigración irregular que llega a Canarias y a los pasos fronterizos de Ceuta y Melilla, aunque “numéricamente sea escasa en comparación con otro tipo de llegadas irregulares a nuestro país”.
Canarias, Ceuta y Melilla son gotas en el circuito migratorio
España es, junto con Grecia, el único país mediterráneo donde crecen este 2024 las entradas irregulares, según cifras de la Organización Internacional para las Migraciones. Los desembarcos en Canarias han aumentado un 126 por ciento y las entradas en Ceuta un 143 por ciento. Entre el 1 de enero y el 15 de agosto de este año, Interior registró 31.155 entradas por tierra y por mar, un 66 por ciento más que en el mismo periodo de 2023.
Entre los llegados hay también miles de menores no acompañados cuya acogida y reparto está mostrando la incapacidad de nuestro sistema. En Canarias y en Ceuta y Melilla la situación es de colapso al alojar al triple y, en ocasiones, como en este momento, al cuádruple de menores migrantes de su capacidad máxima. Una distribución más equilibrada por el resto del territorio es lo que plantea —con un sistema fijo de reparto— la reforma de la Ley de Extranjería, a la que se oponen tanto el Partido Popular, como Vox y Junts.
“Sí, en estos momentos tenemos un verdadero problema en España a la hora de abrir centros de acogida para extranjeros, incluso para niños y niñas. Estamos expulsando a los niños y niñas de nuestras comunidades autónomas. Muchos centros no se configuran de la forma más adecuada, tampoco están siempre bien dimensionados ni cuentan con los medios suficientes para funcionar o que se abren sin hacer un proceso de sensibilización y de acercamiento a los municipios y regiones en los que se implantan”, lamenta Parra.
Pese a este claro aumento y a esta falta de redistribución ante los picos en las llegadas, la inmigración irregular por mar y tierra es mínima en comparación con quienes llegan de forma legal y luego se quedan en situación ilegal. Se limitó al 2,5 por ciento de las llegadas irregulares en 2022 y siguen por debajo del 6 por ciento en 2024. Las llegadas de pateras a Canarias y los saltos de la valla en Ceuta y Melilla, de migrantes mayoritariamente de origen subsahariano, ofrecen las imágenes más dramáticas y son las que centran tanto las portadas mediáticas como el debate político.
Quienes entraron por vía marítima en España de forma irregular entre abril de 2023 y abril de 2024 equivalen el 0,06 por ciento de la población. La cifra de quienes se empadronan en nuestro país fue, por ejemplo, en 2020 más de 10 veces superior a la de quienes entraron irregularmente por el mar o las fronteras terrestres de Ceuta y Melilla. Son migraciones menos visibles y más silenciosas.
Y es que la mayoría de quienes buscan oportunidades en nuestro país llegan por los aeropuertos. Son, sobre todo, latinoamericanos que ingresan como turistas y que, tras 90 días, en España quedan en situación irregular. Otros vienen por reagrupación familiar, como solicitantes de asilo o como descendientes de españoles que se nacionalizan.
“Tenemos que ampliar el foco y constatar que estamos en uno de los periodos con mayor movilidad humana de la historia de la civilización y una sociedad europea que está recibiendo muchas personas migrantes, pero que no es uno de los lugares del mundo en los que estos movimientos son más intensos” señala Raúl Flores, coordinador del Equipo de Estudios de Cáritas Española.
Considera que no podemos pensar en solo como acoger o retener a esa migración, sino también en como evitar ese primer movimiento, esa primera migración y lo que la está condicionando, ya sean una guerra o la pobreza.
Casi 2 de cada 10 residentes en España han nacido en el extranjero
En julio de 2024 y según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), los nacidos en otro país son ya el 18,5 por ciento de la población en España y superaron, por primera vez, los 9 millones de personas. Aunque debido a los procesos de adquisición de la nacionalidad española, los extranjeros son algo más de 6,5 millones, lo que equivale al 13,6 por ciento de la población.
“La cifra es comparable a la de otros países, pero lo que es menos comparable es la velocidad con la que ha sucedido en España. De ser el 1 por ciento de la población en el año 2000, pasaron al 12 por ciento en 2008. Ahora somos el segundo país de Europa después de Alemania en número absoluto de inmigrantes que llegan cada año”, señala Miyar.
En cuanto al atractivo de nuestro país —que no ofrece los salarios más competitivos de la Unión Europea— esta experta en inmigración cita además del crecimiento económico, las redes de las que disponen con otros compatriotas, la seguridad física y jurídica, la calidad de vida y el idioma en el caso de los latinoamericanos.
Imprescindibles en nuestro mercado de trabajo
La aportación laboral de quienes vienen de otros países es cada vez más indispensable. En el primer semestre de 2024, 4 de cada 10 nuevos empleos fueron ocupados por extranjeros, según el INE. Los inmigrantes son el 13,6 por ciento de los trabajadores en España. Su tasa de actividad es del 78 por ciento, una de las mayores de la Unión Europea, según el Banco de España.
¿Compiten con los españoles por esos trabajos? La directora de Estudios Sociales de Funcas considera que no: “están ocupando las ocupaciones para las que hay pocos españoles disponibles para trabajar (…) Se insertan en una economía y en un crecimiento de la economía de poca productividad, pero a largo plazo lo que deberíamos de hacer es avanzar hacia esa mayor productividad que es la que mayor bienestar nos va a dar a todos”.
Tampoco a juicio de Parra hay pelea por los empleos porque “no hay personas para dar respuesta a muchas necesidades de nuestra economía y no solo en el sector de temporeros y cuidados a domicilio, sino también en otros sectores industriales por ejemplo que tienen que ver con el desarrollo de las energías renovables y la industrialización verde que también tienen problemas para conseguir mano de obra”.
Con respecto al impacto de la inmigración en las prestaciones sociales, el director de SERCADE recuerda que “estas ayudas están vinculadas a condiciones de vida y no al origen de la persona”.
Para Miyar, la ecuación entre lo que contribuyen y lo que reciben los extranjeros es “un debate que no está cerrado”. La mayoría trabajan y cotizan a la Seguridad Social, subraya, pero su aportación está por debajo de la media: “al tener empleos con baja retribución es imposible que sean los que más aporten en un sistema fiscal no regresivo”.
El Banco de España calcula que nuestro país necesitará 25 millones de migrantes en 2053 para trabajar y que el sistema sea sostenible. A juicio de la directora de Estudios Sociales de Funcas “ha habido bastante “laissez-faire” en cuanto a dejar que venga la población inmigrante, se instalen y más adelante se regularicen y poca gestión de qué tipo de inmigración queremos que venga y a qué ocupaciones queremos que se incorporen. Habría que ser más proactivos en este sentido”.
Sin los inmigrantes perderíamos población
Solo en 2022 entraron en España 1.258.894 personas procedentes del extranjero y son estas llegadas las que están impidiendo una caída de la población. Aumentó en el segundo trimestre de 2024, según el INE, gracias al crecimiento en más de 89.000 personas nacidas en el extranjero y residentes en España, que compensaron la baja en 21.000 personas de los nacidos en España para situar el total de habitantes en nuestro país en 48,8 millones de personas.
“Toda esa migración es para la sociedad española una oportunidad, sin lugar a dudas, desde muchos puntos de vista, desde el punto de vista de la diversidad, del empleo, de la regeneración poblacional. Obviamente, hay un coste y hay un proceso de recursos que hay que poner a disposición para que acabe siendo esa oportunidad”, subraya Flores.
En opinión de Miyar, tampoco es posible atribuir a la inmigración la respuesta a todos nuestros problemas y “pensar que es la gallina de los huevos de oro ante la baja natalidad o el antídoto afrontar los retos del sistema de pensiones porque no es así”.
Y es que, según explica, muchas de las personas que llegan de fuera necesitan formación y recursos para poder aportar a nuestra economía y porque aunque contribuyan a nuestras pensiones actuales, también serán beneficiarios en el futuro.
En cuanto a la natalidad y, para Miyar, aunque la tasa es mayor en mujeres nacidas en el extranjero, cuanto mayor es el tiempo que residen en nuestro país, más tiende a igualarse, de forma que la media ya está por debajo de la tasa de reposición poblacional que es de 2,1 hijos por mujer.
¿Qué tipo de sociedad queremos en España y en Europa?
Para el coordinador del Equipo de Estudios de Cáritas Española, “no solamente hay que evaluar criterios económicos y de estabilidad presupuestaria o demográficos, que son importantes, sino que también hay que ver criterios basados en valores y en el tipo de sociedad que queremos construir.
¿En qué mundo queremos vivir? “En una sociedad que busque el equilibrio y procesos de integración de personas migrantes que no solo requieren un esfuerzo, sino que también son una oportunidad o queremos vivir en una sociedad blindada, egoísta y que solo utiliza al otro como un recurso para exprimirlo, esto es lo que está en juego”, subraya Flores.
¿Cuáles son los retos de la inmigración?
Lograr la plena integración de los inmigrantes y una buena convivencia exige, a juicio de Flores, la puesta en marcha de políticas proactivas, respetuosas con la dignidad de cada persona, que busquen el bienestar y el equilibrio de toda la ciudadanía y la mejor forma de aplicar los recursos que hay.
“Esto requiere llegar a grandes acuerdos en las políticas estructurales como la inmigración. Es el gran reto para los próximos años”, subraya.
Para el director de Sercade, que espera que los dos partidos mayoritarios PSOE y PP les piden estén a la altura porque “es cierto que el futuro para por gestionar esto”.
¿Cómo hacerlo? “Nuestra entidad siempre ha tenido una tesis muy contraria a que la inmigración se gestione desde macrocentros o desde centros provisionales (como el aeropuerto de Ciudad Real). Nosotros creemos que a la gente hay que ofrecerle garantías para estar en un lugar y exigirle trabajar para la convivencia desde ese mismo momento”, señala Parra.
Considera que no puede ser que "la única propuesta de acogida que hagamos a estas personas sea siempre integrarse en la parte más baja de la pirámide”.
En esa parte baja, la de los más vulnerables, están quienes siguen a la espera de poder lograr los papeles en España y con ello abandonar la economía sumergida en la que tratan de salir adelante hasta lograr tramitar la documentación mayoritariamente por el procedimiento de arraigo. Implica estar 3 años en situación irregular en nuestro país y quienes se quedan fuera de estos procesos.
Esta situación genera una bolsa de personas sin papeles que Funcas estimó recientemente en el entorno de 700.000 personas, el equivalente al 17 por ciento de la población extranjera no comunitaria en 2023. Parte de ellos son los que pueden ver regularizada su situación si prospera la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para regularizar a en torno a 500.000 inmigrantes que los grupos políticos siguen debatiendo en el Congreso de los Diputados y que, según el coordinador del Equipo de Estudios de Cáritas Española, “es más necesaria ahora incluso que cuando iniciamos el proceso” en 2021.
Todos los partidos políticos, salvo VOX, dieron luz verde el pasado abril a la admisión a trámite de esta iniciativa que promueven más de 900 organizaciones sociales, muchas de ellas ligadas a la Iglesia católica, y que sería la décima que se lleva a cabo en nuestro país. En el trámite parlamentario está en juego la fijación de una fecha límite a partir de la cual ya no sería posible acogerse a este proceso extraordinario.
“Hay mucha incertidumbre sobre cuántas personas se beneficiarían de esta regularización porque en primer lugar no es fácil calcular la cifra y hay un margen de error en esos 700.000 ó 500.000 y, en segundo lugar, no sabemos cuántos se han regularizado ya por su cuenta”, subraya Miyar.
Para el futuro, la directora de Estudios Sociales de Funcas, aboga por desarrollar políticas para formar en origen de forma que parte de las personas que reciben la formación vienen a España, pero otras se quedan y también contribuyen al desarrollo del país en el que se llevan a cabo estas formaciones.
De saltar por Ceuta a ser campeón de boxeo por España
Es una regularización de la que ya no se beneficiará el camerunés Bocas junior Njike Kwitchi, de 30 años. Debe su nombre a la afición de su padre por el fútbol y llegó a España hace 9 años de forma irregular por Ceuta tras dos intentos fallidos en patera en los que perdió a su mejor amigo. El viaje, un viaje que duró 4 largos años hasta llegar a nuestro país y que, según cuenta en el último Informe COPE, no le recomendaría a ninguno de sus compatriotas por el sufrimiento y la soledad que vivió.
Después de casi un año en Marruecos y en los bosques que preceden al paso fronterizo de Ceuta, el 23 de abril de 2016 logró su objetivo, llegar a España: “Era entrar o morir. Cada uno a su suerte, no te lo puedes imaginar, la policía allí detrás de nosotros, todos corriendo y tuve suerte de encontrar un neumático y de poder sortear la valla por el mar. He visto a mis amigos sufriendo arriba porque la valla corta. Menos de la mitad consiguieron pasar al otro lado”.
A pesar de las dificultades y de esos años traumáticos en los que se jugó la vida, hoy tiene sus papeles en regla y en 2023 logró ser campeón de España de boxeo en pesos pesados amateur. Ha trabajado como entrenador de boxeo y como soldador. Acaba de mudarse de Madrid a Barcelona y tiene planes de boda: “tengo la vida que quiero, una vida estable con mi novia que dentro de poco va a ser mi mujer porque le voy a pedir la mano”.
“Seguir para adelante” es su lema. Lo ha sido desde que salió de Camerún con 17 años y mientras atravesó Nigeria, Niger, Argelia y Marruecos pasando los peores apuros. Y lo sigue siendo en España donde ve su futuro: “he llegado a donde quería llegar y no me voy a mover más. Aquí soy feliz, he logrado lo que no sabía que podía lograr, estoy orgulloso de haberlo conseguido ya agradecido a quienes, como Cáritas, me han ayudado porque lo que hacen ellos es muy grande”.