De afrontar con éxito la primera ola a pedir ayuda internacional: Portugal, al borde del colapso

En tan solo unos meses, nuestro país vecino ha pasado de afrontar con relativo éxito el primer golpe de la pandemia a ver cómo sus hospitales se saturan por completo

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Patricia Blázquez Serna

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Portugal ha pasado en solo unos meses de ser un ejemplo de cómo afrontar la pandemia a convertirse en el país europeo con países datos epidemiológicos. Si bien supo afrontar con relativo éxito la primera ola de la pandemia, el segundo golpe de la covid-19 en el país ha llevado a los lusos a cambiar su estrategia y recurrir, incluso, a ayuda internacional para poder afrontar este revés.

Las autoridades sanitarias de Portugal tienen registrados más de 740.000 casos de COVID-19 desde que comenzó la pandemia, después de confirmar este miércoles unos 9.083 positivos y 240 fallecidos más en las 24 horas previas. A día de hoy hay 6.684 personas ingresadas y 877 pacientes en las Unidades de Cuidados Intensivos, en un momento en el que la presión hospitalaria está en niveles sin precedentes en territorio luso.

De hecho, según los últimos datos del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (EDCD), Portugal ha registrado la tasa de infección más alta de toda la Unión Europea con una incidencia de 1.429 casos por 100.000 habitantes, por no hablar de que la tasa de mortalidad también es la más alta (247 por cada millón de habitantes). ¿Qué ha ocurrido en Portugal, en tan solo unos meses, para encontrarse en esta situación de auténtico desbordamiento?

Portugal, al borde del colapso

Las autoridades portuguesas y los expertos atribuyen este enorme incremento de casos y de fallecidos por dos factores. Por un lado la rápida expansión de la variante británica, que es más contagiosa que las detectadas hasta ahora. Por el otro la relajación de las medidas restrictivas durante las Navidades, que permitieron los desplazamientos por todo el territorio. Las restricciones se aliviaron y no se impuso ningún tipo de límite en las reuniones sociales y familiares.

La saturación de los hospitales ha llevado de nuevo al Gobierno a blindarse de nuevo para frenar la expansión del virus. Desde el 15 de enero, nuestros vecinos se encuentran bajo confinamiento y los ciudadanos solo pueden salir para realizar actividades debidamente justificadas: ir al trabajo, al médico, ayudar a personas dependientes o de tercera edad o dar pequeños paseos, así como realizar deporte siempre que sea en solitario.

Los centros educativos han suspendido sus clases durante quince días y desde el 22 de enero permanecen todos cerrados. Tiago estudia en la Universidad de Aveiro y ha explicado a COPE.es que sus exámenes "tuvieron que ser retrasados para hacerse online". En este sentido, ha criticado que el Gobierno "parece estar manejando mal la situación" precisamente por no haber impuesto medidas restrictivas en Navidad. Tiago ha recordado, además, las elecciones presidenciales portuguesas que fueron precisamente "cuando aumentaron los contagios de coronavirus". Sin embargo, es optimista y confía en que "vamos a recuperarnos".

En COPE.es también hemos hablado con André, un portugués residente en España cuya familia sigue en el país luso. "Se confiaron demasiado por la primera ola y en fin de año organizaron fiestas multitudinarias", nos ha contado. De hecho, ha recordado que durante las Navidades no había controles en las fronteras". A día de hoy, los portugueses no pueden salir del país en las próximas dos semanas, lo que reinstauró los controles en la frontera con España.

De afrontar con éxito la primera ola a pedir ayuda internacional: el caso de Portugal, al borde del colapso

La Policía Nacional española realiza controles en la frontera interior terrestre. EFE/Carlos García

En busca de ayuda internacional para aliviar los hospitales

Ante esta presión hospitalaria, que en muchas regiones es completamente insostenible, el Gobierno de Portugal trasladó la posibilidad de trasladar a los pacientes covid portugueses a otros territorios ante la grave situación de sus centros sanitarios. Así lo hizo saber hace una semana la ministra de Salud portuguesa, Marta Temido, que aseguró que estaban activando "todos los mecanismos a nivel internacional" para poder llevar a cabo este movimiento en el territorio.

Fue tan solo unos días después cuando el Gobierno ofreció su ayuda al país luso para permitirles liberar los hospitales, eso sí, "dentro de sus posibilidades". Al parecer, la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González-Laya, ya se habría puesto en contacto con el embajador de Portugal en Madrid, Joao Mira-Gomez, "para poner a disposición ayuda dentro de las posibilidades" de España, sin que por el momento haya habido una petición expresa por parte de las autoridades lusas.

Tras recurrir a hospitales de campaña, militares y centros del sector privado, así como al traslado de pacientes covid a Madeira, el pasado se anunció que finalmente recibiría ayuda internacional. Fue a manos del canciller de Austria, Sebastian Kurz, quien dijo que su país acogería a pacientes portugueses en Unidades de Cuidados Intensivos. Por otro lado, y ante el déficit de profesionales, un contingente militar alemán, compuesto por 26 soldados expertos en medicina intensiva, ha aterrizado esta tarde en la ciudad de Lisboa para trabajar en la UCI del Hospital da Luz. En el avión, además, llevaban 50 respiradores y 150 bombas de extracción para poder ayudar al país a afrontar este duro revés de la pandemia.

De afrontar con éxito la primera ola a pedir ayuda internacional: el caso de Portugal, al borde del colapso

Dos sanitarios del hospital Amadora de Sintra trasladan a un paciente. EFE/EPA/MARIO CRUZ

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