Cataluña no está en la agenda de Bruselas

Se cumplen dos años del referéndum ilegal del 1 de octubre en Cataluña. La cascada de acontecimientos posteriores llevaron al Parlamento Catalán a declarar la independencia, al Gobierno de Mariano Rajoy a activar el artículo 155 de la Constitución y al expresidente Carles Puigdemont a fugarse a Bélgica con varios de sus exconsellers.

Durante todo este tiempo, el independentismo catalán ha intentado buscar apoyos dentro de las Instituciones comunitarias. En un primer momento se hicieron llamamientos al diálogo desde la Comisión Europea, no obstante, con el paso de los meses la causa ha ido a perdiendo simpatías en Bruselas. Tanto es así, que el asunto Catalán ha dejado de ser un problema para Europa que en estos momentos trabaja en el cambio de los puestos de alta dirección que van a dirigir el futuro de la Unión los próximos cinco años.

En Europa nadie duda de que España es un estado democrático donde se cumple la Constitución y las leyes. De hecho, Bruselas ha recordado en varias ocasiones que lo que hay en estos momentos es un proceso judicial contra varios líderes independentistas donde se dan todas las garantías necesarias para los acusados que se han sentado en el banquillo del Tribunal Supremo.

El expresidente Carles Puigdemont sigue con su actividad política desde su residencia en la localidad de Waterloo. El llamado Consell per la República intenta mantener caliente la causa, de todas formas, la repercusión es nula entre las instituciones comunitarias y muy escasa entre la prensa europea.

Se espera un mes de octubre caliente con la sentencia del juicio del procés que se dará a conocer dentro de unos días y que el independentismo tratará de utilizar para seguir presionando en la capital comunitaria.

Se cumplen dos años del referéndum ilegal convocado en Cataluña. Una fecha marcada en el calendario y que pasará a la historia de España. De todas formas, aquí en Bruselas tienen muchos problemas pendientes que resolver lejos de Cataluña como el Brexit, la nueva Comisión y los vientos fríos que vienen en el ámbito económico.