Derecho a la menopausia

El parlamento británico estudia iniciativas para hacer compatible el trabajo y la salud en este periodo vital de las mujeres

Menopausia

Paloma García Ovejero

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

No se trata solamente de los sofocos y los sudores nocturnos. Los años de climaterio -antes, durante y después- van mucho más allá de los estereotipos y se pueden traducir en depresión, problemas de concentración, migrañas o incluso debilitamiento de las fuerzas físicas. Atravesar la frontera del periodo fértil tiene muchas consecuencias y todas pueden repercutir en el rendimiento laboral. Las diputadas del Reino Unido quieren que las empresas establezcan políticas de menopausia, igual que existen las de conciliación o los permisos por maternidad o paternidad. Hablan de doble discriminación -por mujeres y por edad-, agravada por el silencio de las empleadas y el desconocimiento de los empleadores.

La primera que alzó la voz en la Cámara de los Comunes fue la conservadora Rachel Maclean. De hecho, esta parlamentaria confiesa en su página web que nunca se ocupó del problema hasta que empezó a padecerlo ella misma. Desde entonces, ha logrado -por ejemplo- que el concepto “menopausia” se estudie en Secundaria junto a los de “periodo” o “embarazo”.

Pero ya hay otras diputadas, en su partido y en la oposición, que se han sumado a su campaña #MenopauseAwareness para normalizar la menopausia como una cuestión laboral. La diputada laborista Carolyn Harris, en declaraciones al diario 'The Guardian'ha comparado los derechos de las mujeres en este periodo con los del embarazo: "Nadie soñaría con un lugar trabajo en el que no tengas derecho a ciertas cosas por el hecho de estar embarazada; pasa exactamente lo mismo para las mujeres con la menopausia. Creo firmemente que debería haber una legislación que garantice que todas las empresas tengan una política de menopausia, al igual que tienen una política de maternidad".

Según las defensoras de estos derechos, el impacto de la menopausia en el trabajo es un tabú más, del que hasta ahora no se hablaba. Tener tiempo libre, cambiar los turnos o las condiciones cuando los síntomas sean especialmente intensos, son algunas de las propuestas que quieren legislar. Y es que una de cada cuatro mujeres en el Reino Unido, entre las mayores de 50 años, afirma haber pagado un alto precio personal o profesional durante los años en los que dejaron de ovular.

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