La historia de Túnez, a contracorriente de Africa

Los conflictos políticos en Túnez, marcan la tónica durante estos días. Unos conflictos que no son usuales en el país más democratizado de Africa

La historia de Túnez, a contracorriente de Africa

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

La historia política y económica de Túnez, al menos durante los últimos 10 años es completamente diferente a la de la mayoría de los países africanos. Después del boom de la Primavera Árabe, en el año 2011, el pueblo tunecino derrocó al dictador Zine el Abidine Ben Ali, la democracia dentro del país tunecino es más que evidente.

El pasado domingo 25 de julio cientos de personas salieron a las calles de las principales ciudades de Túnez para exigir la salida del Gobierno y la disolución del Parlamento ante la fuerte crisis económica que enfrenta el país del norte de África, agravada, más si cabe, con la pandemia que tanto daño está haciendo a la mayoría de los paises.

En algunas ciudades, como en Bardo que pese a no ser la capital es una ciudad importante del noreste del país, se registraron enfrentamientos entre los manifestantes y la Policía, que tuvieron que disolverse a través de la violencia y el gas pimienta.

Las protestas discurrieron hasta las sedes de gobernación de las principales ciudades. El centro de la capital, Túnez, amaneció bajo un fuerte despliegue policial.

Rodeado de países comunistas invadidos por el extremismo islámico y la falta de libertades, Túnez se ha convertido a lo largo de los últimos años en un país ejemplo dentro de Africa, aunque eso puede generar un cierto efecto rebote, quizá por la envidia, por la mala prensa o por el inherente extremismo de ciertas secciones de la población o de la propia política.

¿Qué ha sucedido en Túnez?

Ante las ya mencionadas revueltas, el gobierno populista e islamista de Kais Said, decidió cerrar en la madrugada del domingo y tras las numerosas trifulcas, el parlamento. Además relevó de su cargo al primer ministro, Hichem Mechichi, asumiendo él la Jefatura del Gobierno y del Estado de manera provisional, o eso dijo, por ahora aún continua.

Este suceso pone en duda la legalidad de sus actos, y es que aunque la Constitución de Túnez no permite la disolución del Parlamento, si permite la suspensión de sus funciones durante un periodo de 30 días, algo a lo que se presupone que se acogió el presidente del país.

Asimismo, Said asumió la presidencia de la Fiscalía para procesar a los diputados con casos pendientes, y ha anunció que se tomarán otras medidas y que se anunciarán de acuerdo con las disposiciones de la Constitución.

El líder del partido Ennahdha y presidente del Parlamento congelado, Rached Ghannouchi, publicó un mensaje en sus redes sociales en el que tilda este movimiento de "golpe de Estado" y ha invitado a miembros de su partido y a la población del país a "combatirlo"

La ONG Human Right Watch (HRW) ha advertido este miércoles que la toma de poderes de Said amenaza los Derechos Humanos y la ha tildado de "una medida peligrosa que aprovecha la frustración popular".

"Resulta ominoso para los Derechos Humanos que un presidente reivindique el respaldo constitucional para hacerse con enormes poderes y que, acto seguido, la policía empiece a perseguir a los periodistas", ha declarado el director en funciones de Oriente Medio y el Norte de África de Human Rights Watch, Eric Goldstein, en referencia al allanamiento de la Policía de Túnez de la cadena Al Jazeera el pasado lunes y han indicado que las autoridades siguen bloqueando el acceso a los periodistas a la sede del medio.

También la ONG se ha referido al anuncio de Said de despojar de la inmunidad a los miembros del Parlamento, para considerar que "estas medidas amenazan la integridad del sistema judicial tunecino".

"Cualquier restricción tan drástica de los derechos fundamentales debe ser limitada y estar claramente justificada como necesaria para hacer frente a una verdadera emergencia, y estar sujeta a revisión judicial", ha alertado HRW.

La decisión de Saied llegó después de la jornada de protestas del domingo las principales ciudades del país contra la gestión del Gobierno de Mechichi de la crisis sanitaria y la económica, ahondada aún más por la pandemia del coronavirus.

La variedad es buena, o eso dicen...

Al igual que ha sucedido en España y en otros tantos países, los Gobiernos fragmentados y divididos crean conflictos políticos que, en muchos casos, pueden llegar a evolucionar en reyertas y revoluciones. Desde el ya mencionado año 2011, con la Primavera Árabe y la denominada Revolución de los Jazmines, Túnez ha tenido diez Gobiernos diferentes, lo que se traduce en una inestabilidad política muy clara.

Las últimas elecciones en Túnez dejaron el Gobierno más fragmentado de su historia, con más de 30 partidos políticos diferentes dentro de la Asamblea Parlamentaria. Muchas han sido las trifulcas y los tira y afloja dentro en la cumbre política del país. El duelo que mantenían tanto el Presidente Said cómo el Primer Ministro ha derivado en una crisis política con una solución complicada. Veremos como avanza a lo largo de los próximos días. Las Fuerzas Armadas y los países de la ONU van a tener un papel clave de cara a los próximos acontecimientos

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