Los socios belgas de Puigdemont no quieren acoger inmigrantes

Los nacionalistas flamencos abandonan el gobierno belga por el apoyo al plan migratorio de la ONU

Carles Puigdemont da un discurso a los jóvenes seguidores de N-VA

Agencia EFE

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La coalición de Gobierno belga se tambalea, después de que el partido nacionalista de Flandes, el N-VA, el mayor apoyo de los independentistas catalanes en el extranjero, haya anunciado que abandona el gobierno.

Lo ha hecho porque el primer ministro, Charles Michel, va a apoyar el Pacto Mundial para la Migración de la ONU, aunque sus ministros no han dimitido aún y el Ejecutivo sigue en pie.

Los nacionalistas han anunciado que se retirarán oficialmente del Gobierno cuando Michel viaje hoy a Marrakech (Marruecos) para firmar  mañana el Pacto, algo que el primer ministro piensa hacer aunque le cueste el cargo, según ha anunciado.

Michel prevé reemplazar a los ministros y secretarios de Estado de la N-VA por otros miembros del Gobierno y establecerá consultas

con el Parlamento federal con la intención de mantener un Gobierno en minoría, ya que la salida del partido flamenco le haría perder la

mayoría en la cámara.

Esta mañana, el primer ministro estaría reunido con el Rey Felipe de los belgas, que tiene la potestad constitucional de nombrar a los ministros, para revocar mediante un real decreto a los titulares de la N-VA, según la cadena pública de televisión RTBF.

El partido liberal francófono MR lidera desde 2014 la coalición de la que también forman parte los cristiano demócratas flamencos del CD&V y los liberales flamencos Open VLD, una configuración que amenazaba con romperse desde la semana pasada por la negativa de la N-VA a firmar el acuerdo de Naciones Unidas.

 En la noche del sábado se celebró un consejo de ministros extraordinario a petición de la N-VA para abordar una vez más la

cuestión, después de que Michel confirmase que iría a Marrakech en nombre del Gobierno tras obtener el jueves el apoyo del Parlamento

belga, dónde solo los dos partidos nacionalistas flamencos, la N-VA y los ultraderechistas del Vlaams-Belang votaron en contra.