Macron llega a Berlín para salvar a Merkel

Merkel y Macron en una reunión el pasado mes de julio en París

Rosalía Sánchez

Publicado el - Actualizado

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El gobierno de Merkel pende de un hilo, el hilo de la inmigración. Pero justo a tiempo, a solo diez días de la cumbre europea de finales de junio de la que la canciller alemana espera volver con un acuerdo migratorio en el bolsillo, llega a Berlin Emmanuel Macron para organizar la operación salvamento. Llega con varios de sus ministros y la reunión será, de hecho, el primer gabinete conjunto, de los dos que suelen celebrar los gobiernos francés y alemán cada año, desde que Merkel lograse echar a andar con su nueva gran coalición. Para la ocasión ha sido abierta la casa de invitados del gobierno alemán, el palacio de Meseberg, a media hora de Berlín y retirado de las tensiones de la Cancillería, con menos periodistas alrededor y con la presencia solamente de los equipos designados, los más estrechos colaboradores de los jefes de gobierno, para que la misión de rescate encuentre a su paso las menos dificultades posibles. Si el gobierno de Merkel pende de un hilo, la Europa que conocemos pende de este otro, que Macron salga exitoso de esta “Misión imposible”, de este “Salvar al soldado Merkel”.

La negativa de Italia a abrir sus puertos a los migrantes del Aquarius ha desatado una crisis en la Unión Europea de efectos impredecible y, sobre todo, puesto de relieve la profunda fractura interna. Macron y Merkel necesitan demostrar que el eje franco-alemán sigue funcionando y dar con la clave de una gestión europea eficiente del problema y un proyecto que logre implicar a otros países, como Polonia o Hungría, rechazan abrir sus fronteras. Pero por primera vez en muchos años Merkel no es el polo fuerte en esta bilateral. La inmigración se ha convertido para la canciller alemana en una cuestión de supervivencia política, y Macron podrá cobrarse el inestimable apoyo para sostenerla. Aprovechará sin duda la ocasión para relanzar su proyecto de “refundación de Europa”, que Merkel ha ido retrasando hasta la amenaza de extinción.

Horas antes del viaje a Berlín, el ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, ha insistido en la necesidad de un presupuesto propio para la eurozona que permita asistir mejor a los países en dificultades y ja calificado de insuficiente la opción de recurrir únicamente al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), que es la propuesta de Merkel. Le Maire ha calificado de "idea interesante" que puede servir de base el planteamiento de la canciller alemana de prestar apoyo a corto plazo a través del MEDE a los países que involuntariamente se ven sumidos en una crisis, “pero para decirlo con claridad: esto únicamente no es suficiente. Esta propuesta no convierte en prescindible un presupuesto propio para la eurozona”, añadía. En el marco de la unión monetaria, los países del euro renunciaron a una parte de sus competencias en materia de política monetaria, ha recordado el ministro francés, “por eso necesitamos un instrumento para cubrir la falta de opciones de reaccionar a una crisis, lo que supone también llevar la solidaridad a la práctica”. El equipo de Macron subraya un punto especialmente importante en el contexto alemán: no se trata de una unión de transferencias. “De lo que se trata ahora es de unir en un conjunto de disposiciones coherente y razonable que logre ambas cosas, el crecimiento y la estabilidad de la eurozona”, añadía Le Maire, “nos encontramos en una encrucijada: o nos diluimos en una obra inacabada y defraudamos a los Estados miembros de la unión monetaria y al resto del mundo, que confía en una eurozona fuerte y en un pronto acuerdo, o nos enfrentamos a los desafíos y hacemos historia”.

Merkel se encuentra, por tanto entre la espada de los conservadores bávaros y la pared de Macron. Y optará seguramente por apoyar el proyecto del francés y seguir avanzando hacia una unión económica y monetaria quizá con algo más de entusiasmo que el que desearía personalmente. En su habitual videomensaje de los sábados, la canciller aludió el pasado fin de semana al Consejo de Ministros franco-alemán de Meseberg y subrayó su voluntad de seguir "desarrollando el MEDE como símbolo de solidaridad intergubernamental”.

 “Creo que la inmigración es un elemento decisivo para la cohesión europea”, ha relacionado Merkel directamente los dos planos de negociación. “Ciertamente, Macron esun golpe de suerte para Alemania”, reconoce Andreas Jung, de la CDU, apuntando que el francés es consciente de que Alemania y Francia deben apoyarse mutuamente por la estabilidad de Europa, independientemente del tema del que se esté tratando. Merkel quiere un sistema de asilo europeo más uniforme, con las mismas reglas y criterios de admisión, protección y deportación, sin importar donde hayan solicitado asilo los recién llegados. Y cuentan con que Macron estará de acuerdo. A cambio ofrecerá un generoso presupuesto europeo de inversión, una Unión Económica y Monetaria fortalecida y un aumento en cooperación en materia de política exterior y defensa. Llevará a Meseberg capacidad de compromiso y alguna carta adicional en la manga, como suele hacer en las negociaciones. Y contando con la conciencia europea de Macron, es posible que termine bien la película europea, al menos por ahora.

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