Miles de hondureños fuerzan la valla fronteriza de Guatemala y entran en México

Después de seis jornadas de viaje, la caravana que está integrada por unas 3.000 personas, ha logrado entrar en México

Tensión en frontera entre Guatemala y México con llegada de migrantes hondureños que claman paso

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Miles de migrantes de la caravana que partió el sábado pasado de Honduras han forzado la valla fronteriza desde Guatemala y han ingresado en México, donde las fuerzas de seguridad se han visto en un primer momento rebasadas por un imparable río humano.

Después de seis jornadas de viaje, la caravana, que partió de San Pedro Sula (norte de Honduras) con el objetivo de llegar a Estados Unidos y está integrada por unas 3.000 personas, ha logrado entrar en México.

Una vez han conseguido eliminar el obstáculo que suponía la valla fronteriza de la ciudad guatemalteca de Tecún Umán -que ha permanecido abierta aproximadamente durante media hora-, los hondureños han entrado formando una gran riada, muchos de ellos corriendo. Tras un primer momento de euforia, los migrantes han sido contenidos por la Policía Federal mexicana, lo que ha desencadenado momentos de tensión.

El secretario de Gobernación de México, Alfonso Navarrete, no ha tardado en denunciar que "grupos de cientos de personas" hondureñas estaban tratando de entrar "por la fuerza" a México.

Ha dicho que el embajador de México en Guatemala y altos funcionarios habían acordado el pasado jueves con dirigentes de la caravana que no se cerraría el paso a los migrantes para que quienes así lo quisieran pudieran llegar en territorio nacional.

Lo que se solicitó fue que el ingreso fuera "ordenado", en grupos de 50 a 100 personas, para que las autoridades pudieran tomar su documentación y evitar que los migrantes "estén sujetos a irregularidades", apuntó Navarrete, quien alegó que se había roto el acuerdo.

Del lado mexicano, a los migrantes los esperaban unos mil agentes, contando policías federales -muchos de los cuales llegaron al sureño estado de Chiapas específicamente para la ocasión- y personal migratorio situado en distintos puntos, de acuerdo con el comisario de la Policía Federal, Manelich Castilla. En los momentos más caóticos tras el cruce de la frontera se registraron actos vandálicos por los que seis policías acabaron lesionados, según el jefe policial.

La agresión, con petardos y piedras, la realizaron "personas ajenas a la propia caravana", que ya estaban en el lado mexicano e intentaron "provocar y generar reacciones" por parte de las fuerzas de seguridad, afirmó el comisionado. Una vez estabilizada la situación, los migrantes se quedaron en uno de los puentes que atraviesa el río Suchiate, frontera natural entre Guatemala y México.

Desde ahí, en Ciudad Hidalgo, comenzaron a ser subidos a autobuses rumbo a Tapachula, donde se encuentra la estación migratoria más grande de México, llamada Siglo XXI.

Los controles no se establecieron únicamente en el puente por el que pasaron la mayoría de los hondureños, sino que también se fijaron puntos de revisión en otros cruces para inspeccionar a quienes pudieran haberse saltado los controles principales.

Algunos de los migrantes prefirieron tirarse al Suchiate -que en ciertas temporadas puede cruzarse andando pero que ahora está en su periodo más caudaloso- para llegar a la orilla mexicana.

Lo hicieron nadando o con la ayuda de las balsas que habitualmente transportan mercancía de un lado a otro del río y están creadas por grandes neumáticos y tablones de madera.

Desde el día que salió la caravana, el Gobierno mexicano ha enviado varios comunicados en los que ha reiterado que los migrantes, si no cuentan con la documentación necesaria para ingresar legalmente al país, serán detenidos y regresados.

No obstante, quien lo desee puede solicitar, de manera individual, la condición de refugiado, que tramita la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó esta semana con un cierre militar de la frontera sur de su país si México no lograba detener la caravana.

Y este viernes, el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, ha realizado una visita a la capital mexicana, durante la cual se ha reunido con el ministro de Exteriores, Luis Videgaray, y el presidente Enrique Peña Nieto.

En un mensaje conjunto a los medios, y como respuesta a los comentarios de Trump, Videgaray ha recordado que la política migratoria de México es soberana. "La política migratoria de México la define México, así como la política migratoria de Estados Unidos la define Estados Unidos", ha sostenido.

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