Navidad bajo vigilancia policial de artistas e intelectuales críticos en Cuba

“Ahora mismo yo tengo una patrulla debajo de mi casa, y muchos de los activistas que estuvimos en la sede del Movimiento San Isidro tenemos patrullas que fueron a nuestras casas, y somos vigilados”, explica a COPE la poeta cubana Katherine Bisquet. Forma parte del grupo de intelectuales, escritores y artistas que participaron en protestas durante días por la detención del joven rapero Denis Solís. Cuenta que “es un muchacho joven, pobre, del barrio San Isidro, y conecta con las ideas de libertad y artísticas del Movimiento San Isidro -que es cultural-, y venía siendo hostigado semanas antes por la policía política, que trata de ir contra los más débiles, los menos visibles; un día la policía entró en su casa, y le dijo unas cuantas cosas a los policías, fue detenido, y a los dos días le hacen un juicio sumario, y le meten ocho meses de privación de libertad por desacato, algo totalmente absurdo, un juicio en apenas dos días, sin abogados, sin testigos”.

En respuesta a esta condena varios intelectuales decidieron “hacer acto de presencia ante la estación de policía, éramos detenidos constantemente, leíamos poesía ante la comisaría, actos simbólicos, de manera pacifica, pero hubo un momento en el que varios integrantes del Movimiento San Isidro fueron detenidos”. A continuación -señala la escritora- optaron por atrincherarse en la sede de esta organización “y allí realizar acciones culturales, lecturas de poesía, otras actividades”. Y comenzaron algunos de ellos una huelga de hambre con “un mismo deseo de ver una Cuba diferente, la fe de que en Cuba haya un cambio, una fe de que pueden cambiar las cosas, y eso es algo que nos une y que nos fortaleció durante todos esos días de acuartelamiento”.

Cree Katherine Bisquet que el caso de Denis Solís “es algo totalmente simbólico, representa la injusticia del encarcelamiento de tantos presos de conciencia que hay en Cuba”. “Hasta el día de hoy estamos en privación ilegal de libertad; no tenemos causa abierta, no se nos ha inculpado de nada y -sin embargo- seguimos recluidos dentro de nuestras casas, hemos sido hostigados, llaman a nuestros familiares, han hecho una campaña de difamación en redes sociales y en la prensa nacional, nos desacreditan diciendo que somos terroristas, mercenarios, que aceptamos injerencias de Estados Unidos”.

Asegura esta poeta cubana que “estas acciones han tenido un gran reflejo en otros sectores de la sociedad cubana, muchas personas están opinando en las redes, ya no siendo pasivas, y estoy segura de que ahora dentro de cada casa se habla de lo que pasó en San Isidro”.