Atento si detectas estos síntomas en tus hijos: podrían sufrir adolescencia precoz y qué significa
La neuropsicóloga Aurora García Moreno explica en 'La Linterna' en qué consiste y cómo podemos ayudarlos si detectamos estos síntomas
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La edad media de inicio de la pubertad está descendiendo. Hasta hace poco, se consideraba que se entraba en la adolescencia a los 11 años para las niñas y a 12 años para los niños. Pero ahora muchos expertos han bajado la cifra a los 8 o 9 años. Es el caso de las hijas de Alicia y Raquel.
“La primera vez a los 13 y luego no se me reguló hasta los 14. A mi hija le ha venido un mes antes de cumplir los 12 y la está viniendo pues cada 28 o 32 días. Y creo que ahora mismo las niñas están bastante mentalizadas de lo que es” confesaba esta madre en COPE.
Si escuchamos a los expertos, nos dicen que las causas no son genéticas, apuntan más a las ambientales. Lourdes Ibáñez es endocrinóloga pediátrica en el Hospital Infantil Sant Joan de Déu de Barcelona.
“Lo que llamamos el cambio de percentil entre el peso al nacimiento y el peso en el momento del inicio de la pubertad. Estamos viviendo una epidemia de obesidad. Si hay un incremento de peso en un momento determinado crítico, esto puede desencadenar la pubertad. El desarrollo físico no va en paralelo a la maduración cerebral y aparecen los problemas” hablaba esta experta.
El problema es que el desarrollo físico no va en paralelo a la maduración cerebral y aparecen los problemas. Muchos niños sufren ansiedad, depresión e incluso problemas de imagen corporal.
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Padres molestos con su hija adolescente
“Al final es compensación total, pero evidentemente, si nos hemos adelantado en los últimos 50 o 60 años, casi exactamente un año más, pues ese año están como bailando entre dos aguas que no son ni una cosa ni otra” decía esta endocrina.
La pubertad es una etapa de cambios profundos en el desarrollo físico, emocional y social. Cuando ocurre de manera temprana, puede afectar al bienestar psicológico. Y de todas esas consecuencias hablamos en 'La Linterna' con nuestra neuropsicóloga de confianza Aurora García Moreno.
Ella explicaba que es en la pubertad precoz cuando hay un “mayor riesgo” de tener problemas emocionales. Es, por tanto, ciertamente común tener “niños con ansiedad, con una baja percepción de sí mismo e incluso llegar a estados de depresión o dismorfia corporal. Hay mucha más irritación, mal humor. Puede haber tendencia mayor a la agresividad y a desarrollar unos impulsos sexuales inadecuados para estas edades” confesaba.
Esto, puede llegar a ser crucial para ellos, porque pueden tener consecuencias psicológicas que se extiendan para siempre. Por eso, pedía que los padres pudieran identificar bien los síntomas.
Los síntomas que adelantan la pubertad temprana
Como adelantaba Aurora García Moreno, hay ciertos parámetros que indican este desarrollo temprano. Por ejemplo, un mayor temperamento y un carácter más agresivo, o impulsos sexuales que no son tan comunes en otra edad.
“Estos niños al crecer con mayor rapidez al principio suelen ser mucho más altos que los niños de su propiedad. Pero ¿qué ocurre? Que cuando dejan de crecer a una edad más temprana que lo habitual, puede ocasionar que sean mucho más bajos en la adultez en cuanto al promedio. Y además, pues bueno, hay también varios factores genéticos y de salud como las influencias medioambientales” comentaba la doctora.
Pero, ¿afecta más a niñas o a niños? Pues ambos se enfrentan a todos esos cambios hormonales y corporales, aunque cada género “lo lleva de una manera”. “Hay estudios que dicen que las niñas que se desarrollan a estas edades tempranas, parecen ser más vulnerables a la ansiedad y a la depresión y que ese riesgo puede estar presente durante varios años” comenzaba explicando.
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Chica adolescente deprimida y molesta acostada en la cama llorando
“Sin embargo, en los niños también les afecta emocionalmente porque con ese aumento de la testosterona puede tener un comportamiento más agresivo, con un impulso sexual que aparentemente más repentino, que podrían no saber cómo manejar a estas edades, dado que la pubertad precoz puede causar también ese retraso de crecimiento, provocando inseguridad al quedarse más pequeños que los demás”.
Unas consecuencias psicológicas que podrían quedar quedar para siempre y que, si no actuamos con rapidez, pueden ser brutales. “Las causas pueden atribuirse a diversos factores, Ángel, como pueden ser desde desequilibrios hormonales, afecciones médicas y en algunos casos la predisposición genética. Y la mayoría de las veces, sobre todo en las niñas, la pubertad precoz se debe a que el cerebro envía señales antes de lo que debería de suceder” comenzaba explicando.
“Una causa común es la activación prematura de un área cerebral que regula la producción de hormonas reproductivas del organismo y esta activación precoz puede provocar la liberación prematura de esas hormonas, como puede ser el estrógeno y la testosterona, desencadenando el inicio de esta pubertad precoz” decía.
Cómo podemos ayudarlos
Como recordaba la doctora, la familia juega una parte fundamental para los adolescentes, independientemente de si su pubertad está siendo precoz o no. “Es esencial saber escuchar sus dudas en cuanto a sus cambios y sus vínculos efectivos para ayudarles a aceptar lo que les está ocurriendo y sintiendo esta nueva etapa” decía.
Por eso mismo, es fundamental observar al niño y ver qué problemas está teniendo con su cuerpo y con sus emociones. “Hay que evitar hacer comentarios sobre el aspecto físico, que aquí muchos padres tienen esa tendencia. Hay que explicarles de manera sencilla lo que les está ocurriendo y que esos cambios son normales, que su cuerpo ha empezado a desarrollarse un poquito antes de lo habitual, pero que no pasa nada malo” decía.
Además, es importante informar al niño de los tratamientos que se pongan en marcha, si se ponen, y cómo es el proceso, además de responder a las dudas y preocupaciones que tenga. “Estar muy pendiente de los cambios emocionales, o si tiene algún tipo de problema, pues desde el rendimiento escolar a si se meten con él en clase, para actuar lo antes posible” confirmaba.
Pero, ¿es necesario acudir al psicólogo? No siempre, como recuerda la doctora. Pero sí “en esos casos que interfiere en la manera de enfrentarse a las adversidades de una manera mucho más adaptada, como por ejemplo, aquellos niños que se observen cambios en el comportamiento, que algo va mal, que algo es distinto, que no es adaptativo, y que sobre todo afecta el rendimiento escolar, que es la primera alarma que podemos tener” decía.
“O cuando hay una afectación de su autoestima, simplemente por esos cambios físicos con respecto a sus iguales” sentenciaba.