¿Por qué se dice que Países Bajos se parece a un paraíso fiscal?
Varios miembros europeos han criticado las exigencias del primer ministro holandés, Mark Rutte, y ha vuelto a despertar el debate sobre las ventajas fiscales del país holandés
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El pasado sábado comenzaron en Bruselas las negociaciones entre los grandes líderes europeos para llegar a un acuerdo de reconstrucción económica. El objetivo de estas negociaciones es descongelar la situación en la que se encuentra sumergida Europa tras la grave crisis de la Covid-19.
Una de las posiciones más duras ha sido precisamente la del gobierno holandés. El primer ministro holándes Mark Rutte exige que haya una unanimidad para aprobar el fondo anticrisis de 750.000 millones y pone líneas rojas muy estrictas. Sus reclamaciones contundentes de condicionar las ayudas económicas a las reformas en los países del sur y de respeto a los principios democráticos en los del este se han convertido en el principal obstáculo. El primer ministro holandés se queja especialmente de que Madrid y Roma no han hecho las reformas necesarias y por eso necesitan ahora la asistencia de la UE.
Fruto de esta contundente postura, varios países han criticado que Países Bajos se muestre tan beligerante cuando cuenta con ventajas fiscales de las que no gozan otros países europeos, algo que ha vuelto a ponerlo en el ojo del huracán. Algunos incluso han llegado a decir que se trata de un "paraíso fiscal" dentro de la UE.
¿Cuáles son esas ventajas fiscales?
Países Bajos es un puente clave para muchas empresas en su estrategia de maximización de ganancias. Las multinacionales se ahorran millones de euros ya que canalizan los beneficios de sus filiales a través de Países Bajos, antes de que ese dinero regrese a las cuentas de la empresa matriz.
¿Cómo lo hace?
Estas actividades se hacen a través de las denominadas “empresas buzón”. Son empresas que tienen su sede fiscal en un país concreto pero cuya actividad económica se desarrolla en otro, por lo que se consiguen abaratar costes. Unos costes que podrían verse hasta ocho veces más reducidos.
Son sociedades sin actividad económica real, según el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, pero que tienen actividad en otros estados miembros de la Unión Europea. Por lo tanto, en aquellos países en los que realmente prestan sus servicios, buscan reducir los costes salariales, tributarios y de seguridad social. Se trata de empresas que disfrutar de una reducción de impuestos legal.
Dado que muchos países tienen normas expresas que no permiten enviar ganancias a paraísos fiscales, muchas empresas los envían a Países Bajos -donde han de pagar impuestos pero mucho menores de lo que corresponde-, y cuando estos fondos son legalizados, las ganancias pueden enviarse a los denominados “paraísos fiscales”.
Entonces, ¿es Países Bajos un paraíso fiscal?
Sí bien hay ONGs que sí lo creen, los Gobiernos no están de acuerdo con esta premisa. Aunque Países Bajos pueda beneficiarse de los ingresos fiscales de otros países, no podría considerarse un paraíso fiscal porque no es el destino final de los beneficios de esas empresas.
Podría decirse, simplemente, que por la posición en la que se encuentra el país -y las ventajas fiscales con las que cuenta- es un puente clave para muchas empresas. Unas ventajas, que a pesar de todo, son completamente legales.
Asimismo, y para romper con esta imagen que proyectan al resto de países europeos, a partir del próximo año se pretende que haya nuevos cambios sobre la transparencia de la evasión fiscal.