Una semana de España en Marruecos
La apertura de la Feria Internacional del Libro (SIEL) de Casablanca vuelve a acercar España al pueblo marroquí
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Rabat. Más de 4 millones de marroquíes hablan la lengua de Miguel de Cervantes. Un patrimonio lingüístico que une dos países vecinos, separados por una delgada frontera de menos de 15 kilómetros. Así, el Salón Internacional de Libro (SIEL)-- que se celebra estos días en la ciudad cosmopolita de Casablanca y en donde España es invitada de honor— recupera español como vehículo de unión de dos países y de una historia común. La Feria coincide con la tan esperada visita de Estado de los Reyes Felipe y Letizia en Marruecos que viene a ilustrar la unión de dos monarquías hermanas y la importancia estratégica del país magrebí en su relación con España.
Un mar de libros en español dedicados a la narrativa, a la poesía, a la historia o a la literatura ha empezado a generar una nueva vida en la lengua, desdeñada en los últimos años por la influencia del inglés y los operadores económicos. Eso sí, el español sigue ejerciendo resistencia en las plazas dominantes ligadas a la historia colonial y a la estrechez geográfica, así como en Tánger o Tetuán.
“Necesitamos que los gobiernos impulsen el español para recuperar su lugar en la sociedad educativa, la enseñanza primera y secundaria. Se tiene que insistir en esa cooperación cultural que abre espacios a la expresión cultural en español”, manifestó en Cope, Begoña Cerro Prada, Subdirectora General de Promoción del Libro, La Lectura y Las Letras Españolas.
Los expertos marroquíes hispanistas de las letras reunidos en el imponente pabellón de la Feria coinciden en que la promoción de la lengua es clave para superar las barreras de un proceso de comprensión natural del país vecino. “El español está presente en Marruecos desde 1492, el momento en que los árabes o moriscos de España fueron expulsados a este país, por tanto debemos seguir trabajando en la promoción de la lengua española”, señaló en declaraciones a la Cadena Cope, Hassan Boutakka, profesor en la universidad Hassan II de Casablanca.
A su juicio, el español no se reduce a un “capricho“, a un simple “privilegio” sino a una “necesidad” fundamental para el país magrebí con el que España mantiene unas estrechas relaciones en el ámbito económico, cultural y especialmente en los temas relativos a Interior (migraciones, grupos radicales, crimen organizado).
Marruecos no sólo se ha convertido en un socio estratégico al sur de la frontera de Europa, sino también es una plaza estratégica dentro del continente africano. El Rey, Mohamed VI, se re-posiciona en la vecindad africana desplegando nuevas estrategias y España, por tanto, también lo hace como puerta trasera del vecino. Visto de otro modo: “Marruecos representa un enlace entre el mundo hispánico y el mundo africano”, añadió Boutakka. Por ello, Marruecos requiere una política lingüística clara que incluya el español en la vida social y económica de la sociedad marroquí.